Estados Unidos

Al Lago Tahoe por la carretera más solitaria de América

Tocaba decir adiós al bonito estado de Utah tras 4 días haciendo rutas por dos de sus parques nacionales más impresionantes, sin duda es un estado que nos ha dejado huella. Este paisaje tan especial no se escapará de nuestra mente tan fácilmente. 

Por delante nos quedaba un día de mucho conducir, mucho mucho. Ni más ni menos que de Moab (en todo el este de Utah) hasta Reno (en todo el oeste de Nevada), ciudad en Nevada que está pegada a California, cruzar “de pe a pa” los dos estados haciendo un total de 1200 kilómetros que haríamos de una estacada, unas 12 horas sin parar metidos en el coche. Calculamos salir a las 5 de la mañana para llegar a una hora decente aReno, donde nuestro más que ansiado hotel nos esperaba con las camas bien puestas tras muchas noches de camping porMoab. Con total oscuridad pusimos rumbo hacia el oeste, muchas horas nos esperaban con el culo pegado a sillón, 12 horas sin parar pero nos daríamos al menos 14 para hacer paraditas o imprevistos (que los tendríamos).

Una de las cosas que nos motivaban más a la hora de conducir por aquí era pasar por la llamada “The loneliest road in America” -La carretera más solitaria de América-  Una carretera muy escasa de gasolineras y de vida humana con pequeñas ciudades con mucha distancia entre ellas, una manera de conocer un poco de la siempre olvidada Nevada (quitando a Las Vegas, of course

Nuestro viaje no pudo empezar peor. Tras un par de horas llegamos a Manti-La Sal National Forest, un lugar en mitad del estado de Utah. Una señora tormenta de viento y nieve se nos cruzó en nuestro camino. Lo que antes era lluvia se convertía en nieve en cuanto íbamos ganando altitud llegando a tal punto que casi ni se podía ver. 

En mitad de la tormenta

La carretera se estaba convirtiendo en una pista de patinaje, todo a nuestro alrededor estaba blanco y nosotros sin cadenas para los neumáticos y con visibilidad casi nula. No nos quedó otra que ir prácticamente a 30 por hora y esperar a que la tormenta parara. Fueron momentos de tensión ante el volante, estábamos en mitad de un puerto de montaña y la nieve no cesaba ni un segundo. Por suerte pasamos lo peor y empezamos a descender, la nieve poco a poco se fue convirtiendo en lluvia de nuevo, vaya alivio. El pueblo de Salina se nos presentó en el momento idóneo, estábamos escasos de gasolina y hacia un frío fuera bajo 0 que pelaba, el momento perfecto para un café y eliminar la tensión de nuestro cuerpo, además, en la gasolinera regalaban palomitas de maíz a los que llenaban el tanque. Vale, lo sé, es raro combinar café con palomitas de maíz, pero gratis es gratis :).

¡Ahí te quedas!
Más vale tarde que nunca

Pasamos por localidades como Scipio, Holden y Delta para dejar el estado de Utah. Era el momento de llegar a Nevada, el primer estado ya estaba hecho. Ely fue otro de esos lugares para repostar y comer, esta es la ciudad donde comienza de verdad la carretera Highway 50, mejor conocida como “The loneliest road in America”.

Nuestra salvadora ciudad de Ely, lugar donde empieza la carretera más solitaria de América

Fue la mejor parte del día, es en esta carretera en la que disfrutamos más del paisaje. Una parte de Nevada desconocida para muchos pero de una belleza única. Cadenas de montañas un tras otra que se imponían siempre presentes el horizonte y a ambos lados de la carretera. A veces carreteras rectas interminables de kilómetros y kilómetros que te permitían hasta echarte una siesta sin tener un accidente donde se nos aparecieron fenómenos curiosos como la Fata Morgana (ilusión óptica en el horizonte debido al calor del asfalto) que parecían que los coches que estaban delante nuestra volaban sobre el asfalto.

El curioso reflejo de la Fata Morgana

Llegando ya a Reno el paisaje se volvió desértico, un paisaje más acorde a donde nos encontrábamos. Incluso llegamos a conducir por debajo del nivel del mar, la sal sobre la superficie y los montes pelados nos lo contaban. En realidad nuestro hotel reservado se encontraba en una ciudad pegada a Reno llamada Sparks, a tan solo algunos minutos de Reno. Fue impresionante volver a una ciudad tan grande después de tanto tiempo. De nuevo nos sentíamos ciudadanos de este mundo.

Paisajes desérticos casi en Reno

Una vez en nuestro hotel de arquitectura victoriana, el simpático recepcionista (¡no era indio!) nos dio las llaves de nuestra habitación y nos colocamos inmediatamente en ella, estábamos muertos tras tanto coche. No había ganas de salir así que nos duchamos y nos acomodamos en nuestra habitación, era lo que nos pedía el cuerpo. Reno es una ciudad famosa, pero con tu permiso, te vamos a dejar de lado.

Al día siguiente ya descansados hicimos compras por la mañana en el famoso Walmart y nos dirigimos hacia el Lago Tahoe, un lago con una parte en Nevada y otra en California, iríamos a la parte californiana para ya quedarnos en el estado. 

El Lago Tahoe es un lugar famoso para venir a hacer deportes de invierno, que con la ultima nevada que había caído estos días estaba en pleno auge. La ciudad de Tahoe City estaba llena de gente que viene a hacer deportes de nieve o a disfrutar y relajarse con las vistas del bonito lago. Es una ciudad típica de vacaciones donde todo es y luce muy caro, la gasolina sobre todo. Estaríamos solo para darnos una vuelta por el paseo del lago y seguiríamos rodeando este gran lago con el coche por suroeste, donde guarda sus mejores vistas.

Lago Tahoe
Lago Tahoe

Lago Tahoe
Tahoe City

Pasamos por pistas de esquí hasta llegar a Emerald Bay, donde se encuentra la vista más bonita de todas. La Cala de Emerald alberga una isla muy pequeñita llamada Fannette, donde se encuentra Vikingsholm, un mini castillo de arquitectura escandinava creada por un arquitecto sueco en 1929 que me hacia recordar a nuestros días en Bled (Eslovenia), guardando las distancias, ¡el lago de Bled es más bonito! Vikingsholm es considerado como uno de los mejores ejemplos de arquitectura escandinava en los Estados Unidos.

Emerald Bay con la isla de Fannette en medio
Vikingsholm

Para conocer mejor esta zona del lago necesitaríamos al menos 2 o 3 días, es un lugar para explorar detenidamente, con mucho deporte y senderismo que ofrecer. También hay que decir que es un destino para gente con más presupuesto que el nuestro para aprovecharlo mejor. Nosotros elegimos nuestros días para pasarlos en Yosemite, el que sería nuestro siguiente destino y en el que solo necesitábamos nuestras dos piernas y un coche para descubrirlo. 

Decidimos ir a dormir de camino a Yosemite National Park para empezar ya al día siguiente así que echamos un vistazo a freecampsites.net y vimos que había uno a más o menos una hora del parque nacional situado en la extensa Sierra Nevada. Ese sitio donde podíamos acampar gratis se encuentra en Stanislaus National Forest y para llegar a él tuvimos que conducir desde Tahoe por carreteras de alta montaña con todo el paisaje nevado. El nombre del camping es Lumsden Campground.

De camino a Stanislaus

Para llegar al sitio tuvimos que bajar hasta el río por una carretera muy estrecha y mala de tierra que hicimos a casi 15 km por hora si había suerte, había muchas piedras grandes sueltas y estaba en muy mal estado. Es más que nada para hacer con un 4×4 pero con paciencia lo pudimos hacer con nuestro coche, hay que andar con mucho ojo para llegar hasta el río, concentración 100% si no quieres acabar cayendo por el precipicio. Las vistas de este lugar de Stanislaus son muy bonitas, es un lugar que hace pocos años sufrió un incendio devastador que salió en todas las noticias del mundo (llegó hasta Yosemite) y que se encuentra en plena recuperación, aún se ven los troncos de los árboles renegridos por lo que pasó. El campamento junto al río es perfecto, una vez que sobrevives a la carretera llegar al camping es un gran alivio. Parece mentira que pueda ser gratuito, dispone de baños, mesas y cajas metálicas anti-osos para guardar la comida, cosméticos y cosas que puedan oler. ¡Habíamos entrado en territorio del oso! El día siguiente era un día que habíamos esperado ansiosamente desde que empezamos este viaje, íbamos a visitar uno de los lugares más famosos del mundo, Yosemite National Park.

Contenedor para guardar todo alimento para tener fuera del alcance de los osos
Hasta ahí abajo teníamos que llegar para el camping, no iba a ser tarea fácil.
A la mañana siguiente saliendo hacia Yosemite

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