Arizona es uno de esos estados en el que te puedes sentir en el más salvaje western americano con pueblos como Prescott, Wickenburg o Scottsdale. Lugares ambientados en pueblos de como era hace décadas, cuando por cualquier discusión te retaban a un duelo pistolero. Viajando por el estado te viene a la imaginación un vaquero con su revólver, su sombrero y sus botas con las espuelas en forma de estrella cruzando por el camino en su carro tirado a caballos entre los típicos saguaros. Un lugar en el que un fan de estas películas se lo puede pasar pipa

Desde Sedona hicimos una ruta en coche por los pueblos más representativos del lejano oeste de Arizona y así descubrir esta cara diferente de esta parte de la ruta.

 Jerome, el casi pueblo fantasma

El primero sería de nuevo yendo hacia las alturas, en todo lo alto de la colina llamada Cleopatra, donde se encuentra el pueblo de Jerome a una altura de 1500 metros. Un pueblo fundado a finales de siglo XIX por la minería de la zona, importante por el cobre, material que causó una «fiebre del cobre» en esta parte de Estados Unidos llegando hasta una población de hasta unas 20.000 personas, un fenómeno que ocurriría en diferentes partes del mapa de Norte América, aunque nada comparado con lo que paso el Yukon con el Klondike. Con la I Guerra Mundial en marcha, el cobre de Jerome fue destinado mayormente para la artillería del ejercito. En el centro del pueblo predominaban los saloons (bares donde consumir alcohol y practicar juegos de azar) y los prostíbulos para entretenimiento de los trabajadores, lugares que hoy en día aún se pueden ver mientras paseas, es difícil imaginarse lo que ocurría por esas calles. Cuando las reservas de cobre se terminaron, el lugar se convirtió prácticamente en un pueblo fantasma, manteniéndose con una población por debajo de los 100. El pueblo fue proclamado en 1967 como Monumento Histórico Nacional y actualmente habitan alrededor de 500 personas que vive de la agricultura y el turismo

Hoy en día, su historia atrae aalgunos viajeros curiosos como nosotros que pasan por aquí desde Sedona. Se basa prácticamente en una calle principal donde se concentran sus galerías de arte, cafeterías, edificios históricos con placas donde explican cual era su función y un museo basado en la historia de la minería del pueblo. Las vistas y alrededores desde el pueblo son espectaculares debido a su altura. Una corta pero fácil e interesante visita mañanera antes de proseguir hacia el próximo pueblo del día, las «fiebres» de aquella época forman parte y han marcado la historia del país. Siempre es interesante aprender de ello mientras viajas.

Prescott

En dirección a Prescott descendimos de nuevo a los calores desérticos de esta zona de los estados. Para llegar a la ciudad pasamos a través de Prescott National Forest, un oasis verde lleno de bosque de coníferas. Prescott se presentaba como una ciudad mucho más grande y habitada que Jerome, aunque tampoco es gran cosa.

Prescott National Forest

Nos sentíamos más como en una ciudad con gente por la calle y el clásico ruido del tráfico. La ciudad es uno de esos lugares ambientados en el oeste, intentando mantener esa identidad de pueblo de pistoleros y outlaws, un lugar que fue  proclamado capital del territorio de Arizona en 1864. La actual capital del estado es Phoenix. El aspecto de muchas de sus tiendas son del estilo del lejano oeste y hasta existe un saloon a destacar con las puertas típicas de vaivén donde puedes tomarte una cerveza. No pude evitar hacer un vídeo saliendo del bar con esas puertas, al estilo peliculero. 

Un autentico coche de policía americano de época con la sirena clásica
Matts saloon

Wickenburg

Siguiendo la ruta y bajando aún más de altura, llegamos al hábitat de los famosos saguaros, el cactus por excelencia de Arizona. Una de las cosas que llevábamos esperando ver ya desde hace un tiempo cuando que entramos en Arizona. Era la señal de que habíamos entrado ya al desierto de Sonora,  que a pesar de ser desierto, es uno de los más verdes de Norte América. Un cactus gigantesco, icono de las películas del oeste y que se hace presente en la imagen de Arizona como estado. Cuando lo vimos por primera vez fue como la sensación de ver un animal que nunca has visto en libertad, nunca pensé que me ocurriría con un vegetal. 

Si existe un pueblo del oeste como en las películas, puede ser lo más parecido a Wickenburg, donde este rollo de vaqueros e indios se lo han tomado en serio y donde caminar por sus sus calles es como hacerlo en un museo, con estatua repartidas por el pueblo y explicaciones de como era en el antiguo oeste por estas tierras, hasta los letreros del nombre de las calles están ambientados en ello. En la oficina de turismo tienen un folleto donde marca una ruta por el centro del pueblo para ver lo que no te deberías de perder y así hicimos, sus museos parecían interesantes pero como pasa siempre en este viaje low-cost, se salía de nuestro presupuesto. Disfrutamos muchos pasear por las calles de Wickenburg, aunque fuera por un rato. No me gustaría tanto hacerlo en verano, el calor debe de ser inaguantable, ya lo era un poco para nosotros en pleno invierno…

La calle sin leyes

El nombre del pueblo te puede sonar a alemán, y efectivamente, el nombre de Wickenburg es en honor a un alemán llamado Henry Wickenburg, un tipo que encontró una mina de oro en el Río del Colorado. Una cantidad de oro del valor de 30 millones de $ fue lo que se obtuvo de esa mina, significando una gran fortuna para el lugar. Los mineros junto a los agricultores del Río Hassayampa fundaron la ciudad. Como veis, una vez más se repite la historia de la mina y del boom.

La noche la pasamos acampando gratis por una carretera que nos llevóa través de múltiples rodeos y cientos de saguaros que se perdían en la mirada por el horizonte. Hicimos algo de senderismo por los alrededores y disfrutamos de un atardecer precioso. Una vez, gracias a la página web freecampsites.org pudimos encontrar un lugar bonito en el que acampar gratuitamente, en otras cosas no sé pero lo que es en hoteles, estamos ahorrando mucho… es uno de los factores importantes que hace posible que estemos viajando tanto tiempo por este gigantesco y caro país.

El paraíso de los saguaros cerca de Wickenburg

Scottsdale sí, Phoenix no

El pesado tráfico de Phoenix ya lo esperábamos y más en hora punta por la mañana. Y es que a quién se le ocurre venir a estas horas… Anteriormente alguien nos contó que es una de las ciudades con más tráfico de los Estados Unidos, eso pudimos comprobarlo por nosotros mismos. Phoenix, es la sexta ciudad más grande de todos los Estados Unidos con una población de 1.6 millones haciendo un total d 4.5 junto con la zona metropolitana de Greater Phoenix que se compone de ciudades colindantes como Scottsdale, Tempe, Glendale…)

El día lo empezaríamos subiendo a la montaña más famosa entre los habitantes de la ciudad, llamado Monte Piestewa. A pesar de ser un día entre semana, el lugar estaba lleno de gente subiendo la montaña en plan día de deporte. Es una subida dura pero las vistas que se tienen desde arriba bien merecen la pena con una vista de 360 grados y de toda la ciudad de Phoenix bajos tus pies y el claro cielo que siele haber siempre, algo de lo que los lugareños están muy orgullosos.

Vistas mientras se sube el Monte Piestewa
Phoenix para Perrine sola
En el pico de Piestewa
Chipmunk!

Sin embargo, cuando llegamos al downtown de la ciudad (el centro) nos pareció todo más tranquilo, demasiado. El centro de Phoenix es muy moderno, demasiado. Edificios modernos altos (aunque no tanto como en otras ciudades) lleno de oficinas y oficinistas de traje y corbata por la calle y alguna iglesia grande. Tras darnos algunas vueltas por su centro pasando calor (en pleno febrero) y comer en un Subway, decidimos irnos de allí, Phoenix no era lo que nos esperábamos. A no ser que vengas de museos y restaurantes no es un lugar que tenga demasiado que ver. Sea como sea, siempre me gusta ver los lugares con mis propios ojos y sacar mis propias conclusiones. Me quedo con la Phoenix de las series policíacas que veía de pequeño sentado en el sofá de mi casa.

Todo en Phoenix puede estar decorado con cactus

No lejos de allí se encuentra Scottsdale, ciudad colindante parte del área metropolitana de Phoenix y mucho más interesante que Phoenix misma en cuestión de cosas que experimentar. Su centro antiguo es de nuevo del estilo lejano oeste que tanto habíamos estado viendo últimamente, con todas sus tiendas y calles ambientadas de gente y de música callejera. Aquí hasta los perros llevan sombreros de cuero.

Lo siento por la calidad pero es que mi mente tardo en reaccionar tras ver tal imagen.
Scottsdale

Tras tanta civilización llegaba el momento de volver a la naturaleza, para ellos decidimos irnos a Tonto National Forest y su National Monument, sí, lees bien el nombre. Un bosque predominado por cactuses cerca de Phoenix desde donde empezaríamos nuestra subida dirección a Page, en el norte de Arizona, pasando antes por un par de lugares interesantes…

 

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