A Kirguistán se viene a disfrutar de la naturaleza, no hay más. Es un país que, por su estilo de vida nómada, no ha formado grandes núcleos de población. Lo que hay es prácticamente de cuando los soviéticos se apoderaron de estas tierras. La gracia de Kirguistán es disfrutar de este estilo de vida tan peculiar, muy similar al de Mongolia, y disfrutar de sus paisajes impresionantes. En este post te hablaré de la caminata por Jeti Ögüz y los Seven Bulls (Djety-Oguz en kirguís) que hicimos desde Karakol.
Tras nuestro complicado cruce desde Kazajistán por una frontera fantasmal y unos días de acoplamiento en la agradable ciudad de Karakol, era hora de salir a explorar sus maravillas naturales. Para ello, hicimos una visita clásica que se hace desde Karakol como base. Este lugar se llama Jeti Ögüz, una pequeña localidad situada a unos 30 km que se puede hacer en transporte público fácilmente. A continuación os hablo de nuestra experiencia e información útil para que también puedas hacerlo sin complicaciones.
Cómo llegamos desde Karakol hasta Jeti Ögüz y diferentes opciones
Taxi privado
Lo más fácil sería hablar con tu hotel o guest house para que organice el transporte hasta el lugar, pero es más costoso y “demasiado fácil” para mí gusto. Si hay una cosa que me gusta de los viajes por países exóticos es el poder mezclarme con la gente local tomando transporte público, no se me ocurre una mejor manera de hacerlo que de esta forma, es algo que forma parte de la experiencia para que sea más completa a mi parecer. La ventaja es que podrás ir directo con un solo transporte (más adelante te enterarás del porqué digo esto). Además, podrás empezar antes y tendrás la comodidad de no tener que buscar transporte.
Marshrutkas
Para ir desde Karakol hasta Jeti Ögüz, el dueño de nuestro acogedor Ordo Hotel nos dijo que fuéramos hasta el Gran Mercado, en el cruce de la calle Torgoeva y Aldasheva. De allí salen los marshrutkas, los típicos minibuses de los países exsoviéticos que nos recordaron a nuestro último viaje a uno de ellos, Moldavia. Los que se dirigen a Jeti Ögüz son el n.º 371, 366, y he oído que también el 355. Esta es sin duda la forma más barata de hacerlo y será difícil que te engañen. Por desgracia, cuando nosotros llegamos, ya habían salido los marshrutkas. Pregunta el día de antes sobre estos marshrutkas para que no se te escapen.
Taxi compartido para hacer la caminata por Jeti Ögüz y los Seven Bulls desde Karakol
Nosotros, sin embargo, tomamos un taxi compartido, que también se suelen poner por las esquinas de este mercado. Lo bueno de estos taxis es que salen en cualquier momento del día, por lo que no tendrás que estar en un horario fijo. Además, son más rápidos que los marshrutkas y es bastante barato. No obstante, también tiene sus desventajas: la primera es que tendrás que averiguar lo que se paga para que no te engañen, Karakol es un lugar “turístico” y se las saben todas, así que anda con ojo y no pagues de más, debería ser barato. La otra desventaja es que tendrás que esperar a que se llene el taxi para salir.
Nosotros tuvimos suerte y cuando llegamos, el taxi ya estaba casi lleno; además, a nuestro conductor se le veía un hombre honrado y nos hizo pagar el precio justo sin tener que ni regatear. Compartimos el taxi con una familia kirguís y un hombre que se sentó delante con el conductor. El viaje se hace corto y por el camino podrás divisar las bonitas montañas del fondo.
La caminata por el valle y los Seven Bulls no están en Jeti Ögüz
¿Qué me estás contando?, estarás diciendo. Pues como oyes, una vez que llegas a Jeti Ögüz, te quedarán unos 11 km más para llegar hasta Jeti Ögüz Kurort (Resort), lugar desde donde podrás empezar la caminata por el valle o ver los Seven Bulls, que se encuentran ahí mismo. Este “resort” es un lugar donde la población viene a disfrutar de las aguas termales que abundan por toda esta zona. Hay caminatas cerca de Karakol donde podrás experimentarlo, nosotros nos quedamos con las ganas.
No sabíamos que había que llegar hasta aquí y, al llegar al pequeño pueblo, nos bajamos al lado de unas esculturas soviéticas, donde nos pusimos en la carretera a hacer autostop o lo que fuera hasta que encontramos a un taxista disponible. Acordamos un precio razonable para hacer los 11 km restantes. Os dejo la situación más clara con el siguiente mapa (del punto A tuvimos que ir al punto B para la caminata):
Ahora sí, llegada a Jeti Ögüz (Resort)
Los 11 km se nos pasaron volando y, nuestro simpático taxista, nos dejó en el lugar que buscábamos. Al llegar, nos encontramos con la preciosa estampa de los Seven Bulls. ¡Nuestra caminata por Jeti Ögüz y los Seven Bulls desde Karakol podía comenzar!
Desde allí mismo se puede ir a un mirador subiendo a pie por una carretera de tierra, desde donde se puede disfrutar de las vistas a las formaciones rocosas de los Seven Bulls. Esta formación se ha convertido en un símbolo icónico y una atracción turística popular en la zona.
Los Seven Bulls consisten en siete grandes masas de roca de forma redondeada y con diferentes alturas que supuestamente se asemejan a la silueta de siete toros. Las rocas están compuestas de arenisca roja y están dispersas a lo largo de una colina en un área relativamente pequeña.
Según la leyenda local (en realidad hay varias), los siete toros fueron transformados en piedra por un mago para proteger a una doncella cautiva. La doncella, conocida como “la novia”, fue secuestrada por un príncipe malvado, y los toros fueron convertidos en roca mientras intentaban salvarla. Aunque esto es solo una leyenda, ha dado origen a la interpretación del paisaje rocoso como una representación de estos toros míticos. ¡Cosas kirguís!
Si quieres conocer las rocas desde más cerca, siempre puedes ir por otros caminos al otro lado de la carretera principal, en maps.me te salen algunas opciones. Nosotros, sin embargo, decidimos adentrarnos en el valle Kok Jaiyk para hacer una caminata hasta unas cataratas conocidas como Maiden’s Tears o Girl Braids.
Caminata ida y vuelta por el valle Jeti Ögüz (o Kok Jaiyk) hasta las Girl Braids (o Maiden’s Tears)
Tras ver los Seven Bulls y hacer algunas fotos, fuimos de nuevo al desolado lugar donde nos dejó el taxista y empezamos la caminata hacia las cataratas adentrándonos por el bonito valle. La caminata no tiene pérdida, solo tienes que seguir el curso del río Jeti Ögüz, que será protagonista durante todo el recorrido.
Primeros kilómetros planos junto al río antes de subir
Los primeros kilómetros son los más feos, ya que va por una carretera pedregosa por la que, muy de vez en cuando, pasa algún coche, pero enseguida se abrió el paisaje con unas montañas impresionantes al fondo y unas colinas verdes que transmiten mucha paz.
Por el camino nos encontramos con rebaños de ovejas, vacas, caballos y campamentos de yurtas de algunas familias, que también ofrecen servicio a los turistas. ¡No sería mala idea quedarse en una de ellas!
La distancia desde Jeti Ögüz Resort hasta las cataratas es de 8 km, 16 km i/v. Es una caminata bastante fácil sin mucho desnivel. Irás cruzando el río repetidas veces hasta llegar a una intersección que te meterá por la parte derecha del río. Si se sigue recto por este valle, se llega hasta el impresionante pico llamado Boris Yeltsin (5168 m), también conocido como Oguz Bashi (Head of the Bull). A veces me venían recuerdos de mis caminatas por Nueva Zelanda.
Para ir hasta las cataratas desde este punto, hay que ascender unos 2,5 km con unos 200 y pico metros de desnivel, metiéndote por la derecha, la parte más durilla de toda la caminata.
Las cataratas se encuentran a unos 2500 metros de altura, así que lleva ropa para abrigarte, porque según el día puede hacer bastante fresco. Este cruce fue para mí la parte más bonita de la caminata, las vistas son preciosas desde el puente. Antes de llegar a las Maiden’s Tears, pasamos por otro campamento de yurtas muy bonito donde no había nadie, parece que la gente ya se había ido de allí (estábamos ya a últimos de septiembre).
Tras pasar el campamento, nos metimos en un bosque hasta llegar a las cataratas, donde nos comimos lo que habíamos traído de Karakol.
Llegada a las cataratas Maiden’s Tears (también conocidas como Girl Braids) en la caminata por Jeti Ögüz y los Seven Bulls desde Karakol
Te habrás dado cuenta que el nombre de las cataratas es un verdadero lío. Algunos la llaman Girl Braids, otros Maiden’s Tears, en maps.me es una mezcla de los dos, Maiden Braids (al menos para Android) y en Google Maps aparece como Maidenly Plates Waterfall.
Las cataratas no es que sean muy espectaculares a mi parecer, pero sí que merecen la pena llegar hasta allí, sobre todo por el precioso camino que nos trajo. Las cataratas tienen unos 40 metros de altura. El agua, en chorros separados (me recordó ligeramente a la Cola de Caballo de Monte Perdido), cae por los escarpados rápidos rocosos y se descompone en millones de gotas. Su nombre (la traducción de Maiden’s Tears significa “Lágrimas de una doncella“) se debe a que parecen lágrimas rodando por las mejillas de una hermosa doncella.
La vuelta, otros 8 km, se nos hizo un poco pesada y con ganas de llegar ya de vuelta a Jeti Ögüz Resort, donde teníamos el incógnito de saber qué transporte íbamos a tomar para la vuelta. Con esto concluía nuestra caminata por Jeti Ögüz y los Seven Bulls desde Karakol.
Datos clave de la caminata
- Distancia de la caminata: 15-16 km
- Altitud máxima: 2470 metros
- Desnivel positivo: 350 metros aprox.
- Dificultad: baja
- Tipo de caminata: ida y vuelta desde Jeti Oguz Resort
Transporte de vuelta a Karakol
Tuvimos suerte, ya que, nada más llegar, había un par de taxistas pescando pasajeros. Negociamos el precio justo y aceptó llevarnos parando por el camino para recoger a otros. Lo bueno es que fue del tirón hasta Karakol y no tuvimos que cambiar de coche como en la ida.
Vídeo de la zona y la caminata
Para que te hagas una mejor idea de lo que te encontrarás (aunque te recomiendo no ver demasiado para que la sorpresa sea mayor), te dejo el siguiente vídeo de VisitKarakol:
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