Estados Unidos

Después de la tormenta siempre llega la calma, Zion National Park

Un poco decepcionados de nuestro fracaso en el intento de conseguir el permiso para ir a ver The Wave proseguimos nuestro camino hacia por el sur de Utah. Entre montañas de roca roja, aparece el cañón del maravilloso Zion National Park, una sensación cuanto menos excitante. Desde Kanab es apena una 1 hora y pico en coche hasta que llegas al control de entrada donde de nuevo hicimos uso de nuestro más que rentable annual pass. Un hombre sonriente con unos folletos en sus manos para nosotros nos daba la bienvenida a un nuevo mundo de fantasía. Los folletos que dan a la entrada de cada parque nacional son muy útiles para planear, un mapa y un periódico con toda la información. 

Hola Zion, ¿qué tal?

El mapa del parque nacional suele ser muy claro y en él se señalan todos los miradores, campgrounds, aseos y rutas de senderismo que se pueden hacer. Además, suelen dar como un periódico con toda la información del parque sobre la flora y fauna, peligros, actividades y datos del parque, que siempre viene bien. Incluso poniendo la radio, una de las pocas emisoras que se cogen es un canal de información del mismo parque. Estados Unidos, desde que un tal señor John Muir con su libro llamó la atención del gobierno de Roosevelt allá en el año 1901, se ha esmerado en el desarrollo y protección de los parques naturales haciendo que la visita sea de lo más fácil y agradable.

Entrando al centro del parque por la carretera del oeste con vistas como estas

Entramos por la entrada del este, por la Zion-Mount Carmel Highway, que pasa sobre una carretera  de color rojo tan característica del parque entre montañas gigantescas. Pasamos a través de dos túneles bien largos, una de esas ingeniosas formas de pasar a través de masivas montañas. En el centro de visitantes que se encuentra cerca de la entrada sur nos comunican que todos los campgrounds estaban FULL, pero una chica de información de los permisos de backcountry nos comentó que a 20 minutos hacia el oeste ya fuera del parque existía un sitio de acampada primitivo al lado de un río donde se podía pernoctar gratuitamente… ¡perfecto!

Otro chico joven de información nos recomendó las mejores caminatas para hacer en el parque para los 3 días que pensábamos pasar por allí a parte de los miradores que no nos podíamos perder. Las caminatas de un día que nos propuso fueron: – Angels Landing (una de las caminatas de un día más populares de todo los Estados Unidos) – Observation Point y Emerald Pools.

Zion National Park trata prácticamente de un cañón que cae entre montañas que a su vez hacen de acantilados de color rojizo con diferentes tonos que con la caída de la lluvia llora creando un espectáculo de cascadas por toda se extensión. Un paisaje de la Meseta del Colorado que se ha formado con el paso de los años por el agua que transcurre a través de él, un río llamado Virgin que pasa por tierras del Desierto de Mojave y que se une al Río Colorado en el Lago Mead, aquel que vimos cerda de la Presa Hoover. El sonido del agua hace eco mientras caminas por sus maravillosos senderos, un sonido que junto al de los pájaros como los steller´s jay o el colibrí hacen una orquesta ideal para venir a disfrutar de la naturaleza sin miedo a que te ataque un oso.

Uno de los muchos ciervos que vimos por el parque

Ya nos lo contaba un americano en la biblioteca de Kanab

» – Ya veréis cuando lleguéis a Zion y Bryce, vais a tener que atar la mandíbula con una cuerda alrededor de la cabeza para que no se os caiga tanto.- «

Fuimos al camping (es gracioso que en España digamos camping, en EEUU camping significa el acto de acampar y no el lugar donde se hace para lo cual dicen campground) que nos recomendó la chica del centro de información saliendo por el sur del parque y pasando porSpringdale, un pueblo de vacaciones donde encuentras todas las facilidades tales como gasolinera (donde siempre encuentras café barato) o supermercado (sorprendentemente con buenos precios para estar donde está) Nos metimos por la  Kolob Terrace Roady tras unos kilómetros vimos a nuestra derecha algunas caravanas y tiendas de campañas así que supusimos que allí sería, no existía ningún cartel de camping, es simplemente un lugar donde es legar acampar, sin facilidad alguna, ni baños ni nada, como habíamos estado haciendo hasta ahora. Instalamos nuestra tienda a la americana para decir el-sitio-está-cogido y volvimos de nuevo al parque a aprovechar la poca tarde que nos quedaba.

Condujimos hasta The Narrows, al final de la carretera donde empieza una caminata muy popular en la que tienes que caminar a contra corriente para seguir por en cañón de Zion hacia el norte con botas y ropa impermeables (se puede alquilar) si no te quieres congelar. Había mucha gente que volvía ya de estar todo el día caminado por allí y se les veía cansados, es una caminata bastante larga. Desde la primavera hasta el otoño esta carretera solo se puede hacer en un shuttle -autobús- cortesía del parque nacional, solo puedes utilizar el coche en el parque durante el invierno, solo quedaban unos días para que empezara la temporada alta.

Nos limitamos a observar y a hacer fotos a las paredes gigantes y al paisaje en general. Conocimos a montañas como The Great White Throne (2056m) Las Court of the Patriarchs o The Wachtman (1995m), como buenos americanos, tienen una imaginación asombrosa poniendo nombres, lo típico. Aprovechamos para averiguar donde teníamos que aparcar para empezar la caminata que teníamos pensada al día siguiente, la más dura de todas, haríamos el Observation Point

Montañas que dejas a tus espaldas de camino hacia nuestro camping gratis

Fuimos también al supermercado a hacer compras y nos fuimos de nuevo a nuestro campamento donde disfrutamos de una noche más bajo un cielo con mil estrellas y donde conocimos a una pareja de Salt Lake City que nos dieron buenos consejos sobre Utah. Nos ofreció su casa por si íbamos a pasar por allí, era algo que aún no teníamos claro, la ruta estaba aún abierta y dudábamos si deberíamos ir tan al norte (nieve).

Observation Point

El día amaneció peor de lo que nos comentaron, uno de esos días lluviosos donde la lluvia no te da tregua ni un solo minuto aunque era un chispeo aguantable. Aún así, al ser una lluvia floja, nos pusimos los chubasqueros (para lluvia ligera, cortavientos más que nada), y salimos hacia ello. Una caminata de unos 12 km para la cual se calculan unas 6 horas para completarla ya que gana bastante en elevación. La lluvia nos respetó más o menos el primer par de horas donde las vistas ya eran impresionantes, subiendo por un camino de constante zig-zag. 

Primeras vistas desde donde se puede ver hasta el parking. El tiempo se iba poniendo feo ya
Uy, uy…

En plena subida y con un paisaje más abierto la cosa se puso más fea, la lluvia venia acompañada de un viento helado que entró en nuestras narices causando hasta dolor. En el suelo se empezaron a crear riachuelos de agua enfangada haciendo complicado cada uno de los pasos que dábamos. Estábamos casi al final así que decidimos terminarlo a pesar de todo. Completamente empapados, con frío y con el suelo totalmente enfangado llegamos al final, donde supuestamente se tienen unas de las mejores vistas del parque, incluso a más altura que el Angels Landing. Por desgracia, todo estaba oculto tras una gran nube que invadía todo nuestro alrededor y a penas podíamos hacer fotos sin que la cámara se empapara también, de todas formas, no había mucho a lo que fotografiar. 

Oh oh

A un paso más ligero empezamos a bajar, el agua había creado piscinas y el río por el que nos costó ya un poco pasar en la ida se hizo aún más complicado para poder cruzar a la vuelta, por suerte lo pudimos cruzar. Los tramos de suelo duro lo hicimos prácticamente corriendo en busca de cobijo. Al llegar al coche, pusimos la calefacción a tope, nos desnudamos, secamos y nos pusimos ropa seca que por suerte siempre tenemos en el coche. Hasta la ropa interior estaba chorreando de agua. ¡Vaya día! Todo por no ser precavidos e ir con ropa adecuada contra la lluvia, una lección más aprendida: Nunca te fíes del pronostico del tiempo a 100%. Lo más gracioso de todo es que a unos minutos de estar en el coche, un rayo de sol nos sacude la cara, el cielo se abre, dejando la estampa que podéis ver a continuación…

Y salió el sol

Nos vamos de allí y aparcamos en el centro de visitantes para poner la ropa a secar al sol. Nos echamos una siesta de mientras, que tras el palizón de día, nos sienta de lujo. De repente, el cielo se pone negro, más que por la mañana. Empiezan a caer rayos ensordecedores que caen a tan solo unos metros de nosotros, nos tranquiliza que estamos dentro del coche, no hay mejor sitio para evitar que literalmente te parta un rayo. La trompa de agua que cayó a continuación fue de campeonato, menos mal que no fue esta lluvia la que nos tocó ahí arriba, si no quien sabe lo que podía haber ocurrido… Pensamos en nuestra tienda de campaña que esta puesta en nuestro campamento. Decidimos que esa noche dormiríamos en el coche.

Angels Landing

Tras la tormenta siempre llega al calma y el día siguiente fue todo lo contrario de lo que vivimos el día anterior. Una mañana con un cielo azul, con pájaros que nos despiertan con su cantar, nos da la señal de que iba a ser un día muy diferente.  A pesar de la primera experiencia decidimos ir a hacer el Angels Landing, el más popular de las caminatas y algo menos duro que el que hicimos el día anterior. Salimos bien temprano para evitar el gentío, nos avisaron de ello. Esta caminata la hicimos sin miedos de lluvia y con fresquito mañanero, el tiempo era perfecto para hacer senderismo. Lo subimos sin despeinarnos, a pesar de ser una subida durilla parece que ese día habíamos desayunado bien porque casi ni nos enteramos adelantando a un gran número de personas, quizás eran las ganas que teníamos de hacerlo. Las vistas son espectaculares del cañón de Zion. 

Una de las primeras vistas de la caminata
El camino que íbamos dejando atrás

Lo más especial de la ruta se guarda para el final, para llegar al último pico se ha de ir con la ayuda de unas cadenas. A los laterales la caída sería letal, las vistas imposible para alguien con vértigo, ¡como impresiona! 

Tras tener un día de perros un día bueno se disfruta el doble

Ya arriba disfrutamos del solazo y la buena temperatura que había, hasta nos echamos una cabezada después de comer nuestro almuerzo de la 12. La gente que llegaba tras nosotros invadían el paso de la cadena haciendo largas colas de espera entre los que subían y los que bajaban, me dio un ligero recuerdo de cuando subimos el Monte Rysy donde también hicimos uso de cadenas.

Un descanso antes de hacer el tramo final
El último tramo, el más peligroso pero más divertido donde teníamos que hacer uso de cadenas
¡Casi en la cima!
Vistas desde el final de la ruta, no hay un premio mejor que unas vistas como estas

Teníamos fuerzas para más y queríamos aprovechar al máximo este día tan bonito. Fuimos a hacer los Emerald Pools y llegar hasta la cascada del final, una caminata fácil y muy bonita por donde se pasa por lagos y cascadas. Tras las lluvias estaban en todo su auge.

El tercer día lo aprovechamos para hacer caminatas cortas y tomárnoslo con más tranquilidad, tras dos días sin parar de caminar estábamos algo cansados. Del día destacar la caminata corta que hicimos de Canyon Overlook Trail, en la carretera del este del parque.

Canyon Overlook Trail

Nos preguntábamos como iba a ser Bryce y porque a algunos les gustaba más que Zion, queríamos comprobarlo y a la mañana siguiente pusimos rumbo hacia el norte donde la nieve nos esperaba.

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