Ghana

Ghana: Día 4. Caminando con elefantes en Mole National Park

Despertábamos en Mole National Park, nuestro primer parque nacional africano y a punto de realizar nuestro primer safari. ¿Cuantas veces habíamos soñado este momento?Estábamos aquí, a instantes de poder hacerlo realidad. Vale, no estamos hablando de Masai MaraKruger ni del SerengetiGhana no puede presumir de tener uno de los mejores parques nacionales de África (aunque si de África Occidental) pero si ofrece algo diferente, un safari a pié a un precio que te dan carcajadas de lo barato que es.

Fuimos unos minutos antes de las 7 de la mañana a la puerta del centro de información del parque para inscribirnos en el safari que sale a diario a las 7h00 de la mañana (hay otro que sale a las 13h00). El precio fue de 10 cedis por persona por hora, serian dos horas con lo que nos costó 20 cedis (unos 5€)  ¡barato barato! ¿Quién da menos? 

Había otras dos parejas con los que compartiríamos safari, una pareja de belgas (también venían en el vuelo Madrid-Acra y Acra-Tamale, estábamos calcando itinerario al parecer) y una pareja francesa-alemana de la que el francés vive enTogo y ella enChina y compartían vacaciones en Ghana. Era perfecto, poca gente para poder hacer fotos en condiciones. 

Allí mismo pudimos comprar agua y algo para comer antes de salir, indispensable para andar bajo el sol a 30 y muchos grados.

Amaneciendo en Mole

Safari a pie por Mole NP

Nuestro guía era un tipo simpaticón que daba mucha información (toma rima), se notaba que le gusta su trabajo, se ve que disfruta haciéndolo y eso se aprecia. A parte de guiarnos nos protegía de algún posible problema con animales, no se separaba de su escopeta de a metro. Cosas de la naturaleza salvaje de África.

Antes de salir al safari mismo nos reunió y explico toda la historia y datos del parque nacional:

Mole es el santuario de vida animal más grande de Ghana y uno de los mejores parques nacionales de África Occidental. A pesar de que es un parque nacional que se puede visitar hoy en día solo se puede un 5% de todo el parque dejando un 95% para que los animales campen a sus anchas. Es un parque de sabana o sea un bosque desperdigado en una llanura. 

Este parque ha sido ligeramente habitado a lo largo de su historia debido a la abundancia de moscas tse-tse y la escasez de agua. Hasta 90 mamíferos se han registrado en el parque aunque muchos actualmente están extintos o en serio peligro. El animal estrella es el elefante aunque son muchos otros los que se pueden ver en el safari, como veréis a continuación.

Desde el principio del safari estuvimos viendo animales, más de lo que había esperado. Le dan tanto bombo a los elefantes que dejan a los demás animales marginados en importancia. Facóqueros, antílopes varios, aves de todos los tamaños y colores, babuinos, cocodrilos que asomaban la ceja, macacos que gritaban por los arboles entre otros son los que fuimos viendo mientras andábamos por su territorio. Algunos huían, otros se quedaban atónitos mirándonos como los antílopes, estábamos viviendo una experiencia para no olvidar.

Una experiencia única. Andar entre tanta vida animal, vida animal en total libertad te llena de orgullo y satisfacción como diría nuestro ex-rey y todavía quedaba por ver el rey de esta sabana aunque nada era seguro. El objetivo 55-200mm que nos prestaron para este viaje dio lo que pudo de si, mucho más de lo que hubiéramos conseguido con nuestro básico 18-55mm. No nos podemos quejar.

Facóqueros (jabalíes)
Antílope jeroglífico junto a un ave 
Babuinos huyendo
Cocodrilo diciendo hola

Antílopes vigilando nuestros pasos

Tras dar vueltas por la sabana llegamos a un mirador donde nos sentamos con vistas a una gran charca. Es donde los elefantes acuden a diario para refrescarse y beber agua, sobre todo en temporada seca. Allí solo había antílopes, cocodrilos y aves haciendo uso de la charca, ni rastro de elefantes. Algo que extrañó a nuestro guía, normalmente ya deberían estar por allí. Mientras bebíamos y descansábamos sentados en el mirador esperábamos la ansiada llegada de los elefantes, algo que no ocurrió.

Sería una gran decepción haber llegado hasta allí y no ver al elefante. El guía nos aseguró de que tarde o temprano aparecerían y que si pasadas las dos horas no los habíamos visto volveríamos después del desayuno en el hotel sin costes extras. Fue algo muy generoso de su parte ya que podría haber dicho de contratar el safari de las 13h pero ni lo insinuó. 

Nos armamos de paciencia, no podía ser que ese día no aparecieran.

Cabeza abajo volvimos al hotel volviendo la cabeza hacia atrás por si les daban por aparecer. Desayunaríamos y volveríamos en busca de ellos, el guía nos recogería en el restaurante. En el desayuno junto a las otras dos parejas nos presentamos ya que en el safari estábamos tan concentrados y emocionados con los animales que ni nos hablamos

Tuvimos que decir al cocinero lo que queríamos después para comer, prefieren que lo digamos con antelación. Desde la mesa del desayuno teníamos grandes vistas sobre el parque nacional, también de una charca donde los elefantes toman su baño.

Nuestro guía vino excitado diciendo que le habían informado de que los elefantes venían de camino. Salimos enseguida.

Lagartos que están por todo el hotel, es una plaga

¡Elefantes a la vista!

¡Ahí están! Que sensación más extraña. Mientras ellos tomaban su baño tranquilamente y se relajaban nosotros les observábamos desde muy cerca, parecía no inquietarles mucho, eran más que nosotros. Tras un rato con ellos el guía nos dijo que fuéramos a la otra charca ya que había uno descolgado por allí, la intención era poder ver a un elefante fuera del aguan al completo ya que en el agua apenas se pueden apreciar.

Demasiado tarde, él también estaba metido en la charca, estaba solo con lo que parecía estar más alerta que el grupo que vimos anteriormente. Solos se sienten más amenazados con lo que nos fuimos acercando lentamente sin hacer mucho ruido. Primero se acercó el guía para ver su reacción, luego nosotros. Nos pudimos acercar mucho.

Impresionante.

El llanero solitario
Acercándonos lentamente
Disfrutando de su baño

Una vez acostumbrado a nuestra presencia ya no se le veía tan tenso, disfrutaba como un enano en el agua. Echándose agua por encima. Podíamos ver como ese color grisáceo de la tierra se convertía en negro. Estos elefantes africanos aunque no lo parezca son totalmente negros y no grises como se cree.

De repente salió del agua, pudimos verlo entero, tarea conseguida. Parece que posaba para nosotros, él era el modelo, nosotros los fotógrafos. No podíamos parar de hacer fotos, la gran excitación nos lo pedía.

Embarrándose mientras los pájaros aprovechan para pillar bichos
Perrine a pocos metros del elefante
Perrine y nuestro guía
Yo también quería mi foto

Volvimos a la charca grande donde estaba el grupo mayor. De camino nos encontramos con una sorpresa, uno de los del grupo salió, probablemente en busca del que justo veníamos de ver. Cruzamos nuestros caminos, pasamos muy cerca de él mientras nos miraba de reojo. Era inquietante pero el guía nos tranquilizó diciendo que si no nos movíamos no pasaba nada. Vaya una experiencia.

Cruzándo miradas
Uniéndose a su amigo solitario

Habíamos cumplido con el objetivo en mayúsculas, tras tal experiencia ya podíamos irnos a comer tranquilamente no sin antes ir a ver el pequeño museo que tienen en el centro de información Un museo minúsculo con restos de animales del parque nacional, esqueletos, pieles y embriones. El embrión de un elefante impactaba. Al parecer están construyendo un museo de grandes proporciones cerca de allí. Fue lo que me dijo el guía cuando pregunté que eran aquellas obras.

Álvaro contra los babuinos

Todavía quedaba un rato para el almuerzo de las 12 así que aprovechamos la piscina que tienen allí con vistas al parque (que lujo) para refrescarnos del intenso calor y relajarnos un poco. Se encuentra  justo al lado del restaurante. 

Nos quedamos hasta que nos llamaron para comer. Se sentaron todos mientras ponían los platos de comida en la mesa aunque antes fui en solitario al cuarto para coger ropa seca. De camino al cuarto me llevé una sorpresa. De repente estaba rodeado de babuinos, muchos, eran como 10 o 15. Familias enteras de babuinos que acuden al hotel a la hora de comer para buscar comida. Son muy grandes y dan mucho respeto.

No dudé ni un instante y cogí un palo y una piedra grande del suelo, me sentía muy observado por ellos y estaban muy cerca, era mi única defensa por si les daba por atacarme. Finalmente con paso acelerado y esquivándolos pude entrar en mi dormitorio. Ahora el problema era salir, tenía que volver al restaurante, mi comida y los demás me esperaban. El problema fue que los babuinos me esperaban también en la misma puerta del dormitorio y de allí no se querían mover. Eran muchos y no podía salir de ninguna de las maneras. Les intenté espantar con el palo haciéndoles gestos violentos pero ni se inmutaban, solo me enseñaban los colmillos, sabían que eran más que yo.

Tras al menos 20 minutos encerrado sin saber que hacer me di cuenta de que atrás del dormitorio hay otra puerta de salida, fue mi salvación aunque también había un par de ellos merodeando por allí. Pude escapar sano y salvo y volver al restaurante con los demás. íVaya susto!

Por el restaurante también se veían. Para echarles hay alguien con un tirachinas. Le tienen pánico a los tirachinas, es lo más efectivo que tienen para espantarles. 

Durante el almuerzo con las otras dos parejas estuvimos contándonos los planes. En Mole está bien encontrar gente ya que muchas de las actividades si se hace con otra gente se comparten los gastos. Las actividades que se suelen hacer son la visita a Mognori (eco-village) y el paseo en canoa por su río e ir a Larabanga para ver su famosa mezquita. A parte se organizan safaris en coche de día y nocturnos pero con lo que había visto a pié ya era suficiente. Según nos contaron algunos, lo que se ve en el safari a pie es más excitante que desde el coche. Nuestro plan principal era el de alquilar una moto por 10 dólares y hacerlo por nuestra cuenta.

Les comentamos a los demás lo de los chicos de Larabanga -o la banda de Larabanga como les llamábamos nosotros- que entraron en el autobús para vendernos excursiones del día anterior. Fue cuando por casualidad apareció Ibrahim, uno de ellos por el restaurante y se lo contó a los demás. Parecían estar muy interesados en hacerlo. Los costes entre los 6 serían mínimos, era lo que más económico nos salía. Accedimos y decidimos hacerlo juntos, es decir,ir a Mognori (solo un paseo en canoa)y a Larabanga, por ese orden. 

Mognori Eco-village

Querían meter a 8 personas (las 3 parejas, el guía y el conductor) en un coche pequeño de 5 plazas. No había manera posible. Mientras arreglaban una rueda recién pinchada del coche decidieron utilizar una moto para llevar a alguno de nosotros. La distancia desde el hotel hasta Mognori es de unos 10 km por un camino de tierra rojiza, muy polvorienta pero bastante decente sin muchos hoyos. 

Mognori es una aldea dentro de Mole National Park. Han hecho de ella una eco-village para tener un turismo sostenible bajo control. Todo el dinero invertido en las actividades que se pueden realizar en la aldea son para el bien de la comunidad y no para el listo de turno que se quiere aprovechar del turista. Es un bien para la aldea e interesante para el turista que puede ver la forma de vida que tienen por la zona. Las dos actividades que se ofrecen son: a) Un paseo en canoa por el cercano Mognori River. b) Una visita guiada por el pueblo para ver como viven además de una actuación.

Llegamos al poblado y esperamos un rato a Ibrahim que se adentró en Mognori para llamar a los que se encargan del paseo en canoa. En realidad yo estaba más interesado en visitar la aldea y ver bien como viven y lo que hacen pero el grupo decidía y tuve que aceptarlo, no entramos dentro de Mognori. 

Íbamos dos canoas y 3 hombres que vinieron de la aldea para darnos ese paseo. El río se encuentra muy cerca de Mognori, se veía gente yendo y viniendo con cacharros en la cabeza llenos de agua, niños, hombres y mujeres, es algo digno de admirar.

A Perrine le toco subirse a la moto con Ibrahim
En Mognori

Fue un paseo de una hora o algo menos. Durante el paseo pudimos ver algún cocodrilo y muchos tipos de aves volando sobre nuestras cabezas. Según dicen, también es posible ver a elefantes por aquí, que se lo digan a los habitantes de Mognori que lo sufrieron en sus propias carnes. Una familia de elefantes visitó Mognori y destrozó sus cosechas en el 2003 fue desde entonces cuando decidieron crear el eco-village.

En la canoa ibamos con Ibrahim que hacía de supuesto guía aunque parecía que no podía aportar mucho. También iba un “mognoriense que para nuestra sorpresa hablaba perfectamente el inglés, quien lo hubiera dicho, las apariencias engañan. De él si aprendimos muchas cosas sobre Mognori y Mole, fue un gran placer poder haber hablado con él. Para mi fue lo mejor del paseo en la canoa…

Ibrahim
Nuestro profesor en Mognori

Larabanga y su famosa mezquita

Tras el paseo en canoa nos fuimos directamente a Larabanga, esta vez me tocó a mi subirme a la moto con Ibrahim. A falta de unos 4 kilómetros me doy cuenta de que la moto se está como calando, al mirar la aguja del deposito de gasolina veo que la tiene vacía. La moto se paró y no quería arrancar más, se quedó sin gasolina... Parecía avergonzado, vaya día llevaba con esto y la rueda pinchada.

No nos quedó otra que meternos en el taxi con los demás como pudimos, Ibrahim en el maletero y yo atrás a presión con los demás. De esta manera llegamos a Larabanga donde nos esperaban los demás de la banda de Larabanga. La visita a Larabanga la haríamos con un compañero suyo que nos llevó pueblo adentro donde la gente hacía su vida normal. Los niños como siempre tan monos nos saludaban sin pedir dinero, era algo que me estaba encantando de Ghana, los niños no piden dinero! O al menos no nos ocurrióa nosotros. 

Entramos por una parte de Larabanga que daba mucha pena, todo estaba lleno de bolsas de plástico, CIENTOS.¿Por qué lo dejan así? En fin… Esta pregunta recuerdo que me la hice mil veces en la India, hay que lidiar con ello.

Llegamos a la famosa mezquita, me encantó. Nunca había visto algo parecido, tiene un algo misterioso que atrae mucho. Quizás sea su entorno, la mezquita está en mitad del poblado. Aquí nos explicaron sobre la mezquita y de su historia. No es la unica en Ghana de este estilo, hay más por el norte como por ejemplo por Wa, de mayores dimensiones. Su estilo es sudanés.

Entrada a la mezquita

Nos enseñaron una casa por dentro, era diminuta, entiendo que la mayoría de la gente haga su vida en la calle. Ghana vive en la calle, una diferencia muy grande con Europa donde la gente casi no sale de casa. Hicimos una visita al Chief – el jefe-, cada aldea tiene uno y siempre se le debe de hacer una visita, preferiblemente antes de visitar nada. Ya aprendimos la lección en Tamale

La mujer del chief se dedica a fabricar crema, esa crema famosa de Africa Occidental, se trata del Karité. Una crema obtenida de un árbol que tiene muchas propiedades buenas para la piel como contra el envejecimiento de la piel o contra la sequedad o para la cicatrización.

El día lo terminamos viendo este atardecer que ves aquí abajo. Una estampa preciosa que hizo de colofón a un día lleno de experiencias y lecciones. Un día para nunca olvidar, uno de esos que guardas con llave para que no se escape de tu memoria. Nos quedamos cenando y bebiendo cerveza Star en el restaurante del hotel con las otras dos parejas con las que echamos el día, estuvimos horas sentados antes de irnos a dormir

El día siguiente sería otro cantar… nos quedaba un largo camino para llegar hasta Kumasi, la capital de los Ashanti. Un autobús que nos dijeron en recepción que saldría a las 3 y media de la mañana, ¿sería así? Esto y más proximamente 🙂

Mole



Gastos del día:

Día 4:

Safari a pie: 60 CD

Excursión Mognori y Larabanga: 90 CD

Comida y bebida: 63 CD

Hotel: 100CD

Total: 313 CD = 80€ para dos personas

Entrada anterior del viaje: Día 3: De espectador por las profundidades del país

Siguiente entrada del viaje: Días 5 y 6. Kumasi, por la capital del imperio ashanti

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