Israel

Israel: Días 7, 8 y 9. Jerusalén, un complejo cocktail de religiones

Si has visto el vídeo de aquí abajo (y si no, ya tardas) seguro que te has dado cuenta de una cosa, la ciudad vive entorno a la religión. Musulmanes, judíos y cristianos entre otras minorías viven juntos pero no revueltos, es una situación que han aprendido a sobrellevar con el paso de muchos años. Aún así, siempre existe una tensión latente que se respira constantemente en el aire, algo irremediable cuando se junta a gente con costumbres y creencias tan diferentes y en la que cada uno reclama su parte. Esto es Jerusalén, una ciudad bizarra y cautivadora al mismo tiempo, una ciudad sin igual que hay que vivirla para sentirla.

Mi ruta por Israel y Palestina llegaba a su último destino, me tocaba el destino que más deseaba de todos. Jerusalén es para tomárselo con calma y descubrirlo poco a poco para poder asimilarla, para eso disponía de 3 días, escasos pero suficientes para mi. Con las revueltas entre palestinos y israelíes tras los últimos acontecimientos la cosa no estaba para estar de paseo por Belén o Jericó que en principio entraban en mis planes. Los controles, la alta presencia militar por todos los sitios de Jerusalén y las noticias que llegaban a mis oídos fueron suficientes para que me quedara “tranquilamente” por Jerusalén y dejar a un lado estos destinos, la desventaja era que no podría conocer lugares que tenía en mi lista, la gran ventaja es que disponía más tiempo para Jerusalén, que bien se lo merece.

La noche anterior ya había dormido en esta ciudad, en pleno casco antiguo, junto a una de las puertas de acceso al Monte del Templo, la Puerta de las cadenas (Bab al-Qattanin) pero durante el día estuve por el Mar Muerto y Masada. 

Vistas desde el hostal

Iglesia del Santo Sepulcro

Tras despertar de la segunda noche en Jerusalén empezaba un nuevo día que dedicaría entero a ella. Empezaría por los lugares de renombre y más importantes. Uno de ellos es la Iglesia del Santo Sepulcro, una meca para cristianos católicos y ortodoxos (armenios ortodoxos por igual) entre otras variedades que se concentran en masa entre estas paredes. Situada en el *barrio cristiano de la ciudad vieja.

Exterior de la Iglesia del Santo Sepulcro

No es su arquitectura, sus lujos o los tesoros que guarda en su interior lo que más resalta de esta iglesia, es su significado para el creyente, algo que se ve reflejado en la gente que acude de peregrinaje. Monjas, curas y devotos de todo el mundo y edades además de los muchos turistas como yo, llenan la iglesia tanto que es difícil poder moverse por ella. En el suelo donde hoy en día se ubica esta iglesia crucificaron a Jesús para morir colgado de la cruz, un lugar con mucho significado cristiano.

*Ciudad vieja de Jerusalén

Caminar por la ciudad vieja de Jerusalén es hacerlo por un viaje de diferentes razas y religiones. Un paseo en un día en el que verás cosas muy diferentes y de mucho significado religioso. Son 4 los barrios en los que se divide la ciudad. El Barrio Judío, el Barrio Musulmán, el Barrio Cristiano y el Barrio Armenio.

El Muro de las Lamentaciones (The Western Wall)

De la meca para los cristianos me fui a el lugar más importante para la religión judía, El Muro de las Lamentaciones. Tras entrar a través de un control que hacen a todo el que entra con detector de metales me encontré de frente con el muro que se encuentra en una extensa explanada. Estar allí supone entrar a un submundo donde se respira un ambiente especial. Ver a todos esos judíos ortodoxos con tirabuzones y barbas vestidos con sus trajes negros y su kipá (sombrero judío) sorprende. Entrar en la zona de rezo y verlos mover la cabeza de arriba hacia abajo oyendo como se lamentan y (algunos) lloran choca aún más. Para entrar a la zona has de ponerte un pequeño kipá que te tapa la coronilla, los tienen especialmente allí para los turistas. Una vez dentro puedes andar por todo el muro y sentirte parte de ese submundo, puedes hacer lo que te plazca (siempre respetando claro está), como si quieres contarle las penas al muro, porque no :). Puedes incluso dejar que te pongan el Tefilín (filacteria) que es una cajita de cuero que se pone en la cabeza en la que su interior guarda pasajes de escritura de la religión judía atada con una correa ancha que te rodea el brazo  derecho dándole 7 vueltas, algo que cada judío debería de hacer a diario excepto el día del Shabat.  

Tefilín o filacteria

Yo me dediqué a ver la cara de sufrimiento de algunos, sus rezos en voz alta y sus  movimientos espasmódicos. En otro, digamos compartimento paralelo, está la sección de las mujeres judías a donde no pude entrar. 

Llegar hasta este muro significó mucho para mi, es un lugar del que tanto había oído hablar y que tenía tantas ganas de ver que no me creía que me encontrase frente a él…

El Muro no es solamente lo que se ve, bajo el suelo también se encuentra parte del muro que se extiende 600m más allá de lo visible sobre la superficie, una continuación de ella que se visita por un túnel. Solo se puede visitar a través de un tour organizado que cuesta unos 30 NIS y que dura una hora y media. Al igual que arriba, abajo también se ven muchos judíos rezar, la explicación del guía es muy interesante para enterarte bien de todo. Es un tour muy popular, algo que no te deberías de perder si quieres conocer más sobre este famoso muro.

Mujer en el Muro de las Lamentaciones bajo el suelo

La Ciudad de David

Saliendo a la derecha del Muro de las Lamentaciones se sale de la ciudad vieja por el Dung Gate para llegar a la Ciudad de David, un mazacote de casas que se apiñan en una colina. Es la parte más antigua de Jerusalén. En el año 3000 A.C. fue un asentamiento del pueblo de los Canaán de orígenes israelíes, ciudad que fue capturada por el rey David en la que aún se encuentra con excavaciones para saber más de de su historia. Una historia que causa conflictos entre historiadores, en la que Israel reclama su origen en estas tierras antes de que le cambiaran el nombre a Palestina. 

Para visitar este lugar lo mejor que se puede hacer es otro tour, esta vez de 60 NIS, en el que te explican mucho sobre ello, aunque con un guía israelí los tiros siempre andan a su favor siempre es interesante oír lo que piensan. No obstante es una historia muy curiosa y son unos hallazgos tan antiguos como sorprendentes, te ponen una corta película en 3D sobre la Ciudad de David antes de empezar con el tour.

La ciudad de David

El Monte de los Olivos

Este Monte es otro de los lugares más sagrados de Jerusalén, muchos de los lugares bíblicos se encuentran aquí. Es una colina frente a la ciudad vieja, a la que a pesar del intenso calor subí a pie. Fue duro caminar bajo tanta calor subiendo tal cuesta pero ya estaba entrenado del día del Mar Muerto.

Es un monte con mucho significado religioso, muchos son los lugares que se pueden visitar por él. Una de las mejores cosas de llegar hasta aquí son las vistas hacia la ciudad vieja de Jerusalén. El monte es bastante alto con lo que la panorámica sobre Jerusalén es inmejorable. En sus laderas también existe el cementerio más antiguo del mundo que se ha usado continuamente, el cual fue parcialmente destruido por la ocupación de Jordania utilizando las piedras de las lápidas para la construcción de caminos. 

Los lugares que estuve visitando por el monte fueron: La Iglesia de la Ascensión, Mezquita de la Ascensión (donde Jesús ascendió al cielo). La curiosa Iglesia del Padre Nuestro en la que se exponen la oración del padre nuestro en muchísimos idiomas del mundo (alrededor de 160) escritos en azulejos en la pared, algunos son idiomas raros como como el maorí, esperanto o groenlandés e incluso el mallorquín! Es uno de mis lugares preferidos del Monte de los Olivos.

La Iglesia de María Magdalena es otro lugar para visitar, una iglesia muy bonita por sus cúpulas doradas y relucientes que solo vi de lejos y la Iglesia de Todas las Naciones, otra iglesia moderna y bonita que se puede visitar y a la que si entré. Si quieres verlo todo  se ha de calcular medio día mínimo para poder disfrutarlo sin mucha prisa.

Iglesia de María Magdalena
Iglesia del Pater Nostre

El Monte del Templo y su Cúpula de la Roca

Ok, ya hemos visto el lugar sagrado de los cristianos (Santo Sepulcro), el de los judíos (Muro de las Lamentaciones), ahora faltaba visitar el de la parte musulmana. Otro de los símbolos más reconocidos de Israel y Palestina es la Cúpula de la Roca, situada en el Monte del Templo. Para entrar a este recinto hay que hacerlo a través de la única entrada permitida a los no musulmanes, las demás (incluida la que tenía a unos pasos de mi hostal) son exclusivamente para musulmanes. La entrada es también con control y a unas horas concretas, infórmate bien ya que no todos los días se puede entrar y las horas son limitadas. Al encontrarme cerca del inicio del Ramadán había mucho movimientos de musulmanes, muchos son los que acuden a Jerusalén en estas fechas y eso se nota por la cantidad de gente desmesurada. Otro de los edificios más importantes de la religión musulmana es la mezquita que se sitúa en este mismo monte llamada Al -Aqsa. Digamos que este monte es tras la Meca, el lugar por excelencia de peregrinaje musulmán.

El “Dome of the Rock” es el monumento más representativo de Jerusalén y no le falta razón, es una obra de arte arquitectónica que impresiona al tenerlo enfrente de ti, está lleno de pequeños detalles con colores muy atractivos. Este edificio junto al Muro es uno de los lugares que más ganas le tenía de presenciar. Fue impresionante poder estar junto a él aunque no se pueda entrar a su interior. 

La Cúpula de la Roca

Además de la Cúpula existen otros edificios de interés en el Monte del Templo, en realidad caminar sobre este recinto ya es especial de por sí, un recinto preservado especialmente para musulmanes al que afortunadamente se nos permite visitar. Por los alrededores del templo lo que más se puede oír son los gritos de ‘Allah akbar‘ -Allah es grande-. Quizás por que casi nos encontrábamos en Ramadán.

Detalles de la Cúpula de la Roca
Coro de niños musulmanes

Ciudad vieja de Jerusalén

Tuve 3 días para ir descubriendo la ciudad vieja a mi propio tempo, saltando de barrio en barrio casi sin dame cuenta. Si lo quieres ver todo en 3 días desiste inmediatamente, es imposible. Son tantos los lugares que hay para visitar en Jerusalén que te tienes que conformar con algunos de ellos, eso era algo que tenía claro desde que llegué a la ciudad. Una de las rutas más famosas de la ciudad vieja es hacer la Via Dolorosa, en ella verás de todo. Cuando llegué para andar por ella me encontré con un grupo de devotos con una cruz de grandes dimensiones a cuestas como si de Jesucristo se tratara. No es que sorprenda, llegando a Jerusalén es lo que uno se espera pero no deja de ser llamativo la clase de gente que se deja caer por estos lares, hace de Jerusalén una ciudad más especial de lo que es. La Vía Dolorosa es según la biblia el camino que realizó Jesucristo fustigado de camino al lugar donde le crucificarían, o sea, donde se encuentra el Santo Sepulcro. A lo largo de esta calle que cruza la ciudad vieja varios son los lugares que se puede ir visitando hasta llegar al final, son lugares que suelen estar lleno de visitantes.

Grata sorpresa la que me llevé al ver esta virgen de Málaga.

Otros de los atractivos son sus mercados, siempre bulliciosos, en los que puedes encontrar de todo; desde ropa, souvenirs, utensilios hasta comida de todas las variantes. 

Justo cuando estuve coincidió con la semana en la que por toda la ciudad vieja se celebraba un gran show de luces por múltiples rincones, fue entretenido pasear de noche y ver todas las cosas que tenían preparadas. Lo malo fue que había demasiada gente, tanta que se creaban tapones de personas por donde no se podía pasar, un tanto agobiante. Harto de tanto gentío me desvié por una zona donde la cosa estaba muy tranquila, fue en el barrio judío donde pude ver mucho de esta cultura a altas hora del día, donde hice un poco el espía por las alturas de los edificios de este barrio.

La puerta de Jaffa cobró vida durante el espectáculo de luces de la ciudad vieja
En algún lugar del barrio judío
Gente a mansalva visitando el espectáculo que tenían preparado por todos sitios

Fuera de la ciudad vieja también hay mucho que ver y merece al menos dedicarle un día o dos de visita. Es una parte nueva dónde las caras de la gente árabe van perdiéndose de vista para dar paso a caras de juventud, gente que va a la última moda como pude ver por Tel Aviv, todo muy diferente de la parte antigua de la ciudad. Ideal si quieres ir de compras y de restaurantes, está todo repleto. Visité sus calles principales durante horas y comí, como no, un hummus que estaba de escándalo. Me metí en la calle de los etíopes donde visité una iglesia de este país, fue más que curioso poder entrar a ella, siempre se notan las diferencias culturales a pesar de ser la misma religión. Hay grandes museos interesantes como el del Holocausto pero no disponía de tiempo para ello.

Interior de la iglesia etíope

Otro de los lugares más comunes para visitar fuera de la ciudad vieja es su grandísimo mercado Mahane Yehuda. Un lugar en el que perderse y probar muchas de las delicias israelíes y árabes que tienen en los cientos de puestecillos. Es un mercado que siempre se llena hasta los topes y que merece mucho la pena ir a ver, lo hice por la mañana justo antes de partir de vuelta a casa. Los días de este viaje llegaban a su fin.

Mercadillo Mahane Yehuda

Salir del país no fue tarea fácil. Al llegar al aeropuerto y para acceder al lugar donde se hace el check-in hay como un control donde uno por uno hacen preguntas a los pasajeros. A mi me tocaron dos chicas jóvenes que me hicieron todo tipo de preguntas sobre mi viaje, lo peor fue al ver que en mi pasaporte había visados y sellos de países musulmanes como Malasia, Indonesia o Marruecos, algo que no les gusta para nada. Me preguntaron sobre esos viajes y que fui a hacer por allí, donde me alojé etc etc. Con caras serías y tras al menos media hora de preguntas me dejaron pasar, fue sin duda lo peor del viaje. Las desconfianzas y el control tan extremo que hacen a los pasajeros que vienen a pasar unos días de vacaciones me parece un poco exagerado. Quizás por ir solo es algo que siempre puede llegar a crear sospecha… Por lo demás fue un viaje para no olvidar, un viaje en el que visité algunos de los lugares más impresionantes del planeta y comprendí más sobre el conflicto palestino-israelí. Un destino al que volvería sin lugar a dudas y que recomiendo a todo el mundo, ¡no hay por lo que temer!



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