Tras conocer una pequeña parte de Viena los dos días anteriores recién llegados de Bratislava, todavía nos quedaba mucho que ver en Viena y descubrir. Para poder ver todo bien en Viena es necesario al menos 4 o 5 días y nosotros solo podíamos quedarnos 2 días y medio, ya que el alto coste de quedarnos en esta ciudad nos hacía aligerarnos para salir hacia países más baratos. Con el reciente viaje por Asia y Oceanía a nuestras espaldas, el presupuesto que nos quedaba para este viaje era muy limitado. Tenemos claro que debemos volver a Viena para conocerla más a fondo, porque lo merece; cada rincón de esta ciudad merece su atención, y nosotros se la daríamos a los lugares más representativos de la ciudad en esta ocasión.
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Tras aprovecharnos del desayuno incluido del hostal, salimos de nuevo dirección parada del metro. Era finales de septiembre y en esta parte no turística de Viena nos cruzábamos mayormente con gente que salía a trabajar, a la escuela o a hacer deporte, lo normal de la vida, vamos. Vivir de viaje te hace ver la vida desde otra perspectiva, ves a tu alrededor lo que sueles hacer cuando estás en casa. Estábamos como en una nube de la que todavía no nos queríamos bajar, esa vida monótona ya la retomaríamos más adelante. Todavía nos quedaba disfrutar del largo viaje por los Balcanes que nos quedaba por delante, ¡y aún no habíamos entrado ni en los Balcanes!
Qué ver en Viena (2/2):
No nos habíamos hecho a la grandeza de esta ciudad, algo que comprobaríamos de nuevo al salir del metro a la superficie. Nos dirigíamos a otro palacio de Viena, el tercero que veríamos en esta ciudad. La parada más cercana para llegar al palacio es saliendo en la parada Südtiroler Platz de la línea (U1), aunque nosotros lo hicimos desde otra parada para ver otros lugares que nos pillaban por el camino.
Free tour por Viena
Antes de nada, me gustaría recomendarte algo que hicimos en Bratislava unos días antes y que nos gustó hacer. Esta vez decidimos ir por nuestra cuenta, pero nunca está de más darte una vuelta por la ciudad con un Free tour (recorrido guiado gratuito). Te llevarán por los lugares más importantes de la ciudad que no te puedes perder y te explicaran las curiosidades e historia a cambio de la voluntad, te dejo abajo para que lo puedas reservar de antemano y llenar tu viaje de experiencias:
Palacio Belvedere, otro gran palacio imperial
Primero pasamos por una plaza memorial de la guerra y por varias embajadas-consulados, la española entre ellas. Este palacio se llama Belvedere, un conjunto que nos recordaba al propio Schönbrunn (ver en el post anterior). Se trata de un gran palacio con un gran jardín que une a los dos edificios del palacio; grandísimo y alucinante a la par, lo que tienen que gastar en jardinería tiene que ser poca broma.
La foto más solicitada es la que se hace desde detrás de la fuente con el agua como base para la foto. Allí se encontraban unos japoneses con sus trípodes, así que fue difícil sacar una foto en condiciones. Si hay algo de lo que quejarse de Viena es de la molesta masa turística que hay, en los puntos más turísticos es en ocasiones demasiado lo que hay para poder disfrutar.
Belvedere trata de dos palacios en realidad (Belvedere alto y el bajo) “unidos” por su extenso jardín. Uno se ha transformado en un museo (puedes reservar las entradas aquí) y el otro en un hotel. Son de estilo barroco y se construyeron en 1723 para el príncipe Eugenio de Saboya, que tras su muerte fue a parar a la emperatriz Maria Teresa. Belvedere fue lugar del Tratado de estado austriaco del año 1955, en el que se proclamó la independencia de Austria tras la II Guerra Mundial.
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Stadtpark, al ritmo del violín
Desde allí seguimos a pie hasta el Stadtpark, un parque enorme en pleno Viena que cruzamos pasando por bonitas plantas y flores, así como diferentes esculturas de gente famosa local, como por ejemplo el archiconocido por su violín, Strauss, todo un icono austriaco junto a Mozart. Un parque muy visitado por los vieneses que vienen aquí a tostarse al sol, a correr o simplemente pasear. Todo un clásico que ver en Viena.
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Hundertwasserhaus, ¿una joya arquitectónica?
De camino al edificio Hundertwasserhaus pasamos, por suerte, por un mercadillo al aire libre con diferentes puestos de cosas antiguas, ropa, frutas y verduras y música en directo con un ambiente muy agradable. La calle estaba cerrada al tráfico y casi todos los puestos estaban en mitad de la carretera. No muy lejos de allí, a unas cuantas calles paralelas a esta, se encontraba el famoso edificio de Hundertwasserhaus. Esta zona es un lugar donde se pueden encontrar gran variedad de hoteles en Viena.
Este edificio es uno de los más emblemáticos de Viena, se trata de un edificio muy abstracto que se hace de notar. Es obra de Joseph Krawina y destaca por el gran colorido y la cantidad de vegetación que se puede ver en este edificio. Vale la pena acercarse hasta aquí y apreciar la rareza especial de este edificio, es algo único y no deja a nadie indiferente. Cerca de este edificio hay un centro donde puedes comprar souvenirs o comerte un postre como este de abajo llamado Schaumspitz, típico de Viena; es una especie de merengue.
Prater, el parque de atracciones más antiguo del mundo
Continuando nuestra ruta por la ciudad y sin mencionar otros grandes edificios imperiales que no nos dejaban de sorprender (imposible nombrarlos todos) cogimos el metro dirección Prater, se trata de un parque de atracciones un poco a las afueras del centro. No vinimos aquí para subirnos a los típicos “carricoches”, este parque de atracciones es el más antiguo del mundo y pasear por él ya es todo una experiencia.
La noria de unos 60 metros es uno de los símbolos de Viena. Te la encuentras en la mayoría de imanes de las tiendas de souvenirs. Ganas no nos faltaron para subirnos a alguna de las atracciones, pero por tiempo y dinero nos limitamos a observar cómo la gente chillaba de éxtasis. El estilo se mantiene como era antiguamente. Me me hizo recordar a otro parque de atracciones antiguo como el que hay en Barcelona que hay en el Tibidabo. Aquí se podría echar un día entero muy divertido con algo más de tiempo y dinero.
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Centro internacional de Viena, solo por curiosidad
Desde Prater, cogimos de nuevo el metro para ver unos edificios en el mapa que nos llamaron la atención y queríamos echarle un vistazo, no se trataba de ninguna atracción turística, simplemente se trata del Centro Internacional de Viena, donde se encuentra la sede de la oficina de las Naciones Unidas (ONU). Un lugar con seis grandes edificios, a cual más grande, que no nos tuvo mucho tiempo entretenidos, ya que en realidad no pudimos ver nada, pues el guardia de allí no nos dejó pasar a la plaza donde se encuentran todas las banderas de la ONU. Por suerte, sí la pudimos ver desde la parada de metro, ¡ja! Los edificios tan altos y aglomerados nos hizo pensar en un momento en el mismísimo Tokio.
Parlamento de Viena, un placer para los ojos
Por último, y para terminar el día de visitas en Viena, nos fuimos en metro de nuevo al centro hacia otro de los edificios indispensables de ver, este edificio es el parlamento de Viena. Un parlamento que destaca sobre los demás por su belleza y su gran estatua que se encuentra cerca de él. Su estilo se denomina “historicismo”, o también se le puede considerar estilo griego, ya que está inspirado en Grecia, que es donde se inició la democracia, históricamente hablando.
Es el Parlamento de la parte austríaca del imperio austrohúngaro, que a lo largo de su historia ha seguido funcionando como tal. Fue bombardeado durante la II Guerra Mundial y reconstruido con este aspecto, casi igual al original. No pudimos entrar y, mientras estábamos visitándolo, vino un grupo de policías a desalojar la zona. No se podía estar en las cercanías del Parlamento y lo estaban cercando todo.
Para nuestra sorpresa, llegaron furgones llenos de policías antidisturbios, parece que se estaban preparando para la batalla. Minutos más tarde, escuchamos una multitud gritando que se acercaba hacia el lugar. Nosotros nos quedamos por allí para ver qué se cocía, somos así de morbosos. 😇 Se trataba de una manifestación de inmigrantes sobre algo que no pudimos llegar a saber. No es algo que quieras ver en Viena, pero lo dejamos como anécdota del día. 🙂 Cosas de viajar.
Hasta la próxima Viena, seguimos nuestro camino por los Balcanes
Más o menos, habíamos visto lo más importante de Viena, lugares que podéís ver en ambos post de la ciudad que he publicado. Nos dejamos bastante cosas en el tintero por falta de presupuesto. Viena es caro, ¡pero merece mucho la pena! Es una gran ciudad que nos sorprendió muchísimo, no sé por qué, pero me esperaba otro tipo de ciudad y puedo decir que he tenido la suerte de haber visitado una de las ciudades más impresionantes que haya visto jamás, ¡muy recomendable!
En nuestro camino hacia los Balcanes, que era nuestra idea principal del viaje, pararíamos en Graz, una ciudad universitaria que se encuentra dirección Maribor, ya en Eslovenia —y el inicio de los países balcánicos—.
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