600 km fueron los que tuvimos que hacer en autostop. No pensábamos pagar el alto precio del autobús de Greyhound. Como desde Toad River es tan difícil hacer autostop pillamos un autobús que nos recogía a eso de las tres de la mañana para llegar hasta Fort Nelson donde hizo una parada de una hora para desayunar y proseguir hasta Fort St Jhon, una ciudad considerablemente más grande. Eso significaba que habría más coches para que nos recogiera haciendo dedo. Era un poco de lucha contra el reloj. Al día siguiente deberíamos estar en Edmonton antes de las 16h para recoger el coche que teníamos reservado para viajar por Alberta. La cosa se ponía emocionante.
Autostop a contrarreloj: 600km a dedo hasta Edomonton
No iba a ser tan fácil como parecía, haciendo autostop 10 minutos te parecen 20. En Fort St Jhon estuvimos 45 minutos ya casi sin esperanza hasta que paró una pick up que dio la vuelta a la manzana para recogernos. Nos recogió Allen, un chico de 32 años que trabaja en la industria del petróleo (como mucha gente aquí) y que estaba de vacaciones. Es fan de los comics, en su casa tiene una gran colección y como a nosotros, le gusta mucho viajar. Allen decide llevarnos más lejos de su destino para hacernos un favor, nos dice que no tiene nada que hacer y nos lleva unos 50 minutos más. ¡Qué buena gente!
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A pesar de su buena intención de dejarnos en un buen lugar para seguir haciendo autostop, nos deja en un pueblo donde la carretera principal que pasa por él se encuentra en obras, los coches que pasan por la carretera en obras haciendo un poco de caravana no pueden parar para recogernos. Andamos un par de km hacia adelante para buscar un lugar medio en condiciones donde aún está en obras pero hay un poco de sitio para que nos puedan recoger. Levantamos el dedo sin mucha esperanza pero tras tan solo 10 minutos para un coche que tiene que quitar todo el desorden de los asientos de atrás. Esta vez trata de Jennifer y David, un par de médicos que van a Grand Prairie para el cumpleaños de una amiga. Nos pregunta si nos molesta que fumen marihuana. Supongo que al ser médicos pueden conseguirla fácilmente aunque sea en Canadá. Nos llevan como dos horas hasta llegar a Grand Prairie, ya en la provincia de Alberta pero aún lejos de nuestro objetivo. Son tan amables de dejarnos en un motel de carretera relativamente barato donde podemos pasar la noche. Ya es tarde como para seguir haciendo autostop. Aún nos quedan como 300 km para llegar a Edmonton, tocaba descansar. La carretera por esta parte de Canadá es muy plana y poco escénica, nos recordaba un poco al paisaje que tenemos en Bélgica.
Al día siguiente muy temprano caminamos unos tres km hasta la carretera que va hacia Edmonton. Allí estamos como unos 40 minutos con el brazo en alto hasta que nos recoge un hombre polaco arqueólogo que nos deja en un buen lugar tras una hora en su coche, es un hombre muy inteligente y simpático, me encanta encontrarme con buena gente como él.
Esta vez sin esperar mucho, nos recoge un chico africano llamado Abraham que volvía de 10 días de trabajo. Su historia era digna de admirar. Su nacionalidad es del Sur de Sudan y fue refugiado en el país vecino de Uganda. Conoció la pobreza más extrema hasta que se le ofreció la oportunidad de emigrar a Canadá donde actualmente tiene un buen trabajo, un coche, una casa recién comprada y una mujer embarazada. Hasta nos invita a un café y donuts de un Tim Hortons que no nos deja pagar y nos lleva como una hora más lejos de su destino como ya nos pasó el día anterior. Nos cuenta que lleva una ONG con la que recauda fondos para ayudar a su pueblo de origen para que puedan tener un pozo y una buena escuela, lo lleva junto a su hermano que también está en Canadá. Un buenazo en toda regla.
Entre coche y coche hay tiempo para hacer fotos |
Por último, nos recoge una familia en su ranchera. Esta vez trata de Cliff y sus dos hijos y su historia es también curiosa para nosotros. Son de una rama de los amish pero no tan extremo, ellos si usan coche (evidentemente) y teléfonos móviles (básicos). Entre ellos hablan low german, una lengua familia del alemán que podemos entender ligeramente al saber neerlandés. Son muy religiosos y eso lo notamos en seguida, los niños no abren la boca en las 3 o 4 horas que estamos subidos en el coche. Cliff decide que ese día comeríamos McDonalds y para en un McAuto para invitarnos a una hamburguesa, ¡toma ya!
A parte de llevarnos nos estaban invitando a comer, no podíamos pedir más.
Nos dejaron en Edomonton donde ya nos moveríamos con los autobuses locales para llegar al lugar donde teníamos que recoger el coche.
Tanta prisa para nada, no nos podemos llevar el coche porque nuestra tarjeta de crédito no quiere dejar el depósito del coche. No sabemos muy bien que hacer y decidimos ir al aeropuerto a ver si podemos alquilar un coche que no sea demasiado caro. Para ello tenemos que coger tres autobuses diferentes para llegar al aeropuerto, está bastante lejos de la ciudad. Desde aquí agradecer a la gente de Edmonton que tanto nos ayudaron para averiguar las conexiones de los autobuses.
En el aeropuerto tuvimos suerte, una compañía nos dejaba un coche a buen precio. ¡Menos mal! La tarjeta si funciona aquí y no tenemos problemas en llevarnos nuestro feo KIA Soul.
Lo primero que hacemos es ir de compras a un No Frills (el supermercado más barato de Canadá), lo segundo sería quedarnos en un hostal de cerca del aeropuerto para descansar de este día tan loco.
Al día siguiente empezaba nuestra ruta por Alberta y sus montañas rocosas. La primera parada hacemos en Nanton tras pasar por lugares como Red Deer y Calgary. Allí encontramos un mercado de gente amish, gente que vive sin ningún tipo de avances tecnológicos
Head-Smashed-In Buffalo Jump
Primero conduciríamos todo hacia hacía al sur, dejaríamos la parte de Jasper y Banff para más tarde ya que el pronóstico del tiempo era bastante malo, sin embargo por el sur de la provincia era muy bueno. Nuestro primer destino tras varias horas de coche sería Head–Smashed–In Buffalo Jump, lugar patrimonio de la UNESCO desde el 81, no muy lejos de Waterton Lakes National Park. Lugar donde las majestuosas Montañas Rocosas se encuentran con las grandes planicies del este del estado de Alberta. En español sería algo así como ‘El salto cabeza–aplastada del búfalo‘. Trata del lugar más antiguo donde se utilizaba esta técnica para la caza de búfalos. Una practica utilizada por los indígenas de blackfoot -pies negros– entre otros para conseguir tan preciada carne y sobre todo su piel, una de las prendas que más calientan para el frío extremo de Canadá.
Tras pagar la entrada pudimos entrar al centro de visitantes y al mirador del acantilado donde los búfalos caían de una gran altura. El centro de información es muy moderno y se puede visitar fácilmente, en él explican todo lo relacionado del lugar donde cazaban a los búfalos de esta curiosa manera hace 6000 años, se hacía de la siguiente manera:
Un grupo se escondía entre los matorrales y acorralaba de lejos a los búfalos. De repente, uno de ellos salía corriendo camuflado bajo una cabeza de búfalo, estos creyendo que ocurre algo, comienzan una estampida sin saber que unos metros más adelante hay una caída al vacío que acabará con sus vidas. Los demás indígenas les hacían un pasillo para que los búfalos fueran directos al precipicio.
También explican sobre la historia del grupo de indígenas que habitaba estas tierras, los blackfoot. Con la llegada de los ingleses empezó el terror en la zona. Cazaban búfalos no solo para alimento o ropa sino por diversión. Existían trenes que especialmente se utilizaban para matar búfalos mientras te paseabas, una matanza que llevó a este animal casi a su exterminación. Un holocausto animal que injustamente queda en el olvido.
Waterton Lakes National Park
En el mismo día condujimos dirección Waterton Lakes National Park, un lugar que comparte con el estado de Montana con el nombre de Glacier National Park. Waterton Lakes, aparte de ser patrimonio de la UNESCO, es parque internacional de la paz, supongo que es por sus paisajes tan impresionantes que amansan a cualquiera.
Por el camino fuimos haciendo paradas por los bonitos paisajes que nos encontrábamos.
Nuestro coche de alquiler |
Un búfalo con suerte |
Es un lugar donde puedes hacer senderismo de todo tipo, desde largo de varios días, de un día o de varias horas, sendero para todos los públicos. Nada más que entras ya te encuentra con sus lagos espectaculares. El que más destaca es el gran lago de mismo nombre que el parque cuando pasas por Emerald Bay. El paisaje de este lago lo firma el Hotel Prince of Wale, un hotel situado en lo alto de una colina que está presente desde el año 1927, fue nombrado lugar histórico de Canadá en el 1992.
El conocido hotel Prince of Wales |
Osos en las carreteras |
La noche la pasaríamos en un camping a las afueras del parque llamado Belly River, situado en la carretera que va hasta Montana. Allí encontramos un buen lugar para acampar cerca del río a un precio razonable.
– Hike Carthew-Alderson
A la mañana siguiente madrugaríamos para empezar un día de senderimo-alpinismo por las montañas del parque nacional. Haríamos la ruta llamada Carthew-Alderson, una de las rutas más bonitas que se pueden hacer en un día de 21 km de longitud.
Para llegar al inicio de la ruta tuvimos que tomar un autobús gratuito del parque nacional que nos llevaba hasta allí. Tuvimos la suerte de que hubiera espacio en el bus ya que al parecer es un sendero popular y hay que reservar llamando con un tiempo de antelación. Eran las 7 y media de la mañana cuando ya estábamos subidos en el autobús dirección de una excitante nueva aventura por las montañas de Waterton. La ruta es en una sola dirección, empezando donde nos dejaba el autobús y terminando en el mismo pueblo de Waterton, un pueblo turístico en el interior del parque nacional.
El día pintaba regular, aunque no llovía, había una masa de nubes dando vueltas sobre nuestras cabezas que nos daban bastante mala espina. El principio estuvo bien hasta que empezamos a ascender. Una niebla espesa se interpuso entre nosotros y las vistas de las montañas, aún así todavía tuvimos algunas buenas vistas de la primera parte del sendero.
Este lago llamado Cameron Lake nos lo encontramos al inicio del sendero |
Las nubes limitaban mucho las vistas |
El sendero gana en elevación unos 650 metros y es catalogada como difícil. No es una gran elevación pero no sé si era por el tiempo aplastado que hacía o otra cosa, nos sentíamos con las piernas muy pesadas, más cansados de la habitual. Quizás era porque llevábamos un buen tiempo sin hacer alpinismo trabajando los dos meses enToad River.
Al llegar a lo más alto del sendero vimos a un lado una cordillera de montañas muy espectacular y al otro lado una plasta de nubes que se acercaba tapándolo todo y era por donde teníamos que ir, la cosa no pintaba demasiada bien. Antes de que se tapara todo pudimos ver una especie de montaña desértica que más bien parecía una pirámide de Egipto, una vista muy especial.
En la cresta de las dos partes del sendero |
La montaña piramidal |
Una vez que empezamos con el descenso todo nuestro alrededor se convirtió en una pantalla blanca que nos impedía ver dos metros más allá de nuestro alcance visual. Toda esta humedad y falta de sol provocó un gran descenso de las temperaturas teniendo que hacer uso de nuestros guantes y gorro, hacia mucho frío que no se quitaba ni calentando nuestro cuerpo acelerando el ritmo. Algunas cataratas y la insinuación de unos lagos es lo que pudimos apreciar. Nos cruzamos con un ciervo mulo en mitad de nuestro estrecho sendero, parecía que no quería despegarse de la comida que encontró y casi lo tuvimos que empujar para que se apartara. Grabamos un vídeo del ‘encuentro’.
El ciervo mulo que nos encontramos en nuestro camino |
Cuanto más íbamos bajando mejor se iba haciendo el día hasta que finalmente aclaró. Ya podíamos ver la parte donde se encuentra Waterton pueblo, es increíble como puede cambiar tanto en tan solo unos momentos. La parte con niebla se nos hizo un poco larga, fría y aburrida, una pena que estropeara lo que iba a ser un hike inolvidable. Aún así vimos paisajes hermosísimos que no le quita merito al esfuerzo.
Waterton pueblo con los lagos y sus montañas al fondo, idílico ¿verdad? |
Una vez en el pueblo vimos unas cataratas bastante bonitas que se veían desde el mismo pueblo y una concentración de coches antiguos que daba lugar en el parque. Comimos y bebimos algo en su animado centro, ¡nos lo merecíamos tras 21 km de montañas!
Grupo de ciervos en pleno pueblo |
Como al día siguiente nos dirigíamos a Montana a visitar el Glacier National Park dormimos en el mismo camping de la noche anterior, desde allí eran tan solo unos 5 kilómetros a la frontera entre los dos países. Antes disfrutaríamos del atardecer en Waterton Lake en algunos de los miradores que nos íbamos encontrando por el camino. Estuvimos poco tiempo y nos hubiéramos quedado más tiempo descubriendo el parque con sus senderos pero debíamos seguir avanzando para conocer otros sitios similares a este como lo sería Glacier National Park, un lugar que prometía mucho. ¡Volvemos a los USA!
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