Qué ver en Praia, la capital de Cabo Verde

Introducción y breve resumen del viaje al país

¿Por qué Cabo Verde? Este país se nos presentaba como el lugar idóneo para encontrar el destino que buscábamos. Era invierno y se nos apetecía buen tiempo (con playa mejor). A la vez nos apetecía exotismo para mochilear por un país nuevo y excitante para pasar una semana de aventuras. Obviamente, Europa se nos quedaba demasiado corta con estos requisitos, así que empezamos a buscar países que no estuvieran demasiado lejos y que nos ofreciera lo que buscábamos. Nos fijamos en África, tan cerca pero tan lejos, y todas las pistas y requisitos nos llevaban hacia Cabo Verde. ¡Era el país perfecto! No hay más que hablar, nos vamos de viaje por Cabo Verde. En esta publicación os cuento qué ver en Praia y cómo fue nuestra experiencia en la capital de Cabo Verde.

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Cabo Verde es un país formado por un grupo de islas volcánicas que está en el archipiélago macaronésico. Se encuentra relativamente cerca, debajo de las Islas Canarias, y apenas supera el medio millón de habitantes. Su capital es Praia, ciudad que se encuentra en la isla de Santiago. Su idioma oficial es el portugués (ha sido colonia portuguesa hasta no hace mucho), aunque se habla el portugués criollo, una variante bastante diferente del portugués, por lo que no te hagas muchas ilusiones de decir “como sé hablar español, voy a poder entenderlo”. OLVÍDATE, ¡este portugués es demasiado complicado!

¿Destino de playa?

Cabo Verde es un destino popular de playa para europeos. Sobre todo turismo de ingleses, alemanes, neerlandeses, entre otros, es el que rellenan los resorts, los cuales se concentran en mayor medida en la isla de Sal, la más turística de todas con diferencia. Sin embargo, Cabo Verde es mucho más que Sal, como bien os mostraré a lo largo de este artículo en el que os muestro qué ver en Praia, la capital de Cabo Verde.

GUÍA DE CABO VERDE (BRADT)

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¿Cómo es Cabo Verde?

Cabo Verde está compuesto por 10 islas grandes y 5 pequeñas. Moverse entre ellas en una ruta corta es un pain in the ass, ya que hay que cuadrar y depender de barcos y vuelos (caros). Hay que tener muy claro qué islas quieres visitar antes de ir, así como estar preparado para no perder más tiempo de la cuenta. Nuestras islas elegidas fueron: la isla de Santiago (donde se encuentra la capital) y la isla de Fogo (famosa por su impresionante volcán).

Para viajar entre ellas está la opción del barco (a veces lento y poco fiable) y la del avión. Para volar está la compañía canaria Binter, es lo más rápido y cómodo, y así sacarás mejor provecho a un viaje de pocos días. Una ruta de una semana de viaje por Cabo Verde no da tiempo a casi nada. Sin embargo, en una semana se puede disfrutar de ciertas islas siendo selectivo.

Nos centramos en dos islas porque no nos daba tiempo a más. Con las dos que elegimos ya iríamos bien cubiertos, no queríamos correr como pollo sin cabeza. Dividiré el viaje en varios post, empezando por Praia y lo que vimos en la capital de Cabo Verde.

Visitando Praia, qué ver en la capital del Cabo Vede (comienzo del viaje)

Salimos desde Londres con un vuelo que nos salió apeteciblemente económico. Era un vuelo con Tap Portugal que hacía escala en Lisboa. Si te fijas en el mapa del mundo, las islas parecen que no están tan lejos respecto a Europa, pero al tratarse de un vuelo “en vertical” de norte a sur, las distancias son más largas por la forma del planeta.

Llegamos al pequeño aeropuerto de Praia casi por la tarde, donde empezaría nuestra esperada aventura caboverdiana. Las primeras sensaciones fueron de tranquilidad. Sin ir más lejos, el lema principal de los caboverdianos es el de “no stress”, lo cual es algo que se toman muy a pecho, la sensación de isla tranquila es lo primero que percibes. De la África subsahariana solo había estado en Ghana, un lugar que nada tiene que ver con lo que estaban viendo mis ojos.

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Ay, África, ¡qué poco te conozco y cuantas ganas te tengo!

Tras regatear el precio con algunos taxistas, llegamos a un acuerdo para que nos llevaran a nuestro hotel de Praia. Un dicharachero taxista se encargó de ello mientras escuchaba música reggae y nos contaba cosas sobre su país. Mientras tanto, respondía a nuestras curiosidades de recién llegados. No me neguéis que, una de las mejores sensaciones al viajar, es la de las primeras horas cuando pisas un país nuevo. Es una sensación indescriptible. ¡Comienza nuestra ruta de una semana por Cabo Verde!

Llegada al hotel

Nuestro hotel fue SALAV guesthouse (que creo que no sigue funcionando en el 2024), muy cerca de la playa Quebra Canela. Siendo sinceros, el precio del alojamiento en Cabo Verde está bastante inflado, ¡nos pareció bastante caro! Nos costó encontrar algo económico a la vez que bueno. Finalmente, dimos en el clavo, la verdad es que no nos quejamos para nada, teníamos unas vistas hacia la playa preciosas, y eso que Praia no destaca por sus playas particularmente. Puedes echarle un ojo a los hoteles en este enlace para reservar para tu estancia en la capital caboverdiana.

Por la ciudad hay mucha vidilla, el ambiente es muy agradable y no se respira estrés en ninguno de sus rincones. La gente es muy amable y sonriente, nos sentíamos bienvenidos en todo momento. Nos dimos cuenta de que son muy deportistas, la playa está llena de gente corriendo y haciendo deporte.

Vimos hasta grupos muy numerosos de gente haciendo zumba con esa música africana tan molona. Yo incluso encontré barras para hacer mi sesión de calistenia, una pasada, nunca me lo hubiera imaginado encontrarlas en Praia. Esta fue nuestra primera toma de contacto con el país, darnos una vuelta por el barrio, el paseo marítimo y su playa. Seguimos andando hasta un faro al final del paseo, y a la vuelta nos tomamos una Strela, la cerveza bandera del país. ¡Qué bien entra!

Qué vimos en Praia, la capital de Cabo Verde

El día siguiente lo dedicaríamos a visitar el centro de la capital del país. Para ello, anduvimos desde el hotel hasta el centro de la ciudad y descubrimos la simpatía de su gente una vez más. Este viaje por Cabo Verde estaba siendo un mar de sonrisas desde su inicio. Presenciamos una isla con ese toque africano y portugués que nos empezaba a chiflar. Una ciudad, que aunque siendo su capital, es de lo más relajado que te puedes encontrar.

Casco antiguo

Nada tiene que ver con la África Occidental que conocía. Cabo Verde es otro rollo totalmente distinto. Si no te atreves a hacerlo solo y quiere que te lo expliquen todo al detalle, siempre se pueden hacer una visita guiado por unos 23 € para no perderte detalle o este tour por algo más que incluye también una visita a la preciosa pequeña ciudad de Cidade Velha, la cual visitaríamos a la vuelta de otras islas.

Nos adentramos en el casco antiguo que está como amurallado y descubrimos su bonitos y coloridos edificios. La bandera caboverdiana se veía por muchos lugares, como en el Palacio Presidencial (donde coincidimos con un desfile de guardia). Vimos la estatua del Diogo Gomes, la iglesia de Nossa Senhora da Graca, así como otros edificios dignos de admirar. El casco antiguo está como en una meseta, en alto. Cuando te acercas a las murallas desde dentro, puedes obtener vistas panorámicas del resto de la ciudad y playas de alrededor, como desde el mirador de Do Cruzeiro. Os pongo unas cuantas fotos de lo que hablo a continuación.

Museo de Amílcar Cabral

Una de las cosas más interesantes que visitamos fue el Museo de Amílcar Cabral.

Amílcar Cabral es un héroe nacional que fue máximo dirigente revolucionario de la Guinea Portuguesa (Guinea-Bissau) y Cabo Verde. Peleó junto a combatientes cubanos y logró la independencia del país en el 5 de julio del 1975. Murió asesinado mientras luchaba en Guinea-Bissau. Digamos que se trata del Che Guevara caboverdiano. El aeropuerto de la isla de Sal lleva su nombre.

Mercado de Praia

Incluso nos hicimos amigos del encargado del museo. Tras visitar y haber aprendido mucho sobre este héroe caboverdiano en el museo, le preguntamos sobre algún lugar para comer bueno, bonito y barato, ya que andábamos un poco perdidos. Como ya llegaba la hora de su almuerzo, nos dijo que le siguiéramos. Y así hicimos a trote de maratón y a duras penas, pudimos seguir su pista hasta el mercado. Allí nos llevó a la sección donde unas señoras cocinaban platos para la gente local. Nos pidió unos platos generosos y comimos en una mesa al aire libre en mitad del mercado. Fue una experiencia un poco agobiante, ya que había mucho alboroto en el mercado. Sin embargo, nos encantó tanto la experiencia como la comida, que no es tan diferente a la nuestra.

A la hora de pagar, la señora nos dijo lo que costaba, pero al parecer nos estaba engañando, ya que nuestro nuevo amigo del museo saltó y se puso a discutir con ella. No le sentó nada bien que nos inflara el precio y se indignó muchísimo. ¡Qué turistas nos sentimos! Al final terminamos pagando lo que los locales, el precio justo, nuestro amigo se salió con la suya. Tener contactos locales siempre te salva de estas cosas y cuando estás solo, las probabilidades de que te la claven son muy altas, sobre todos cuando estás recién llegado y no controlas los precios.

Avenida 5 de Julho y plaza Alexandre Albuquerque

El resto del día lo dedicamos a callejear por sus agradables calles. Su calle más céntrica y acogedora es la calle peatonal de Avenida 5 de Julho. Esta avenida llega hasta céntrica plaza Alexandre Albuquerque, uno de los lugares más visitados de Praia.

Tras un día de pateo intenso por toda Praia, nos volvimos en bus local de vuelta a playa Quebra Canela. Allí culminamos este gran día con un paseo por la playa Quebra Canela y una cena de un restaurante por la misma playa de lo más acogedor.

Fue corto pero suficiente. Un día en la capital de Cabo Verde da para mucho, ya que es muy pequeño y fácil de visitar. No es que sea muy monumental, pero es muy agradable y una gran toma de contacto. De esta manera, entenderás mejor el país desde el inicio.

Al día siguiente nos dirigimos hacia el aeropuerto tras desayunar en el hotel. Un vuelo a la isla vecina de Fogo nos esperaba. Dejaríamos el resto de visitas que nos quedaban por hacer en la isla de Santiago para la última parte del viaje.

¡Os hablo de la impresionante isla de Fogo en el siguiente post!