Autor: El Coleccionista de Ciudades

Acabando nuestra ruta en coche por este pequeño país llamado Eslovenia, llegamos a su capital, Ljubljana (Liubliana en español). Sería nuestra última parada antes de cambiar de país en nuestra ruta de 2 meses por los Balcanes. Esa tarde, que llegamos desde las cuevas de Skocjan, hicimos poco más; llovía y estábamos cansados. Eso sí, salimos a la panadería que había al lado para cenar unos bureks que tanto nos gustan, nuestro alimento base desde que entramos a los Balcanes. Nos lo comimos en el bar del hostal donde conocimos a un español muy simpático que se buscaba la vida

Nos despertamos por quinta mañana consecutiva ―en parte debido a que estuvimos enfermos― en el mismo hostal de Bled, y ya nos sentíamos como si estuviéramos en casa, mientras investigábamos sobre qué ver en Piran, nuestro siguiente destino. Muchos fueron ya los que pasaron por la habitación, pero ninguno se quedó más de dos noches seguidas. Idas y venidas de viajeros y turistas, fiesteros y tranquilones, gente que conoces durante un rato o algunos días con los que algunos crearás una buena conexión y con los que incluso te llegarás a pedir contacto y otros con los que ni os